Aguascalientes.- Los cigarros electrónicos no son nada inofensivos para la salud, pues hay evidencia científica de que estos dispositivos perjudican el funcionamiento de los pulmones, aseguró el director de Regulación Sanitaria tras reconocer que pese a que la Ley de Salud prohíbe su comercialización por esos motivos, su uso se ha extendido entre los fumadores que pretenden dejar ese hábito.
Luego de señalar que sobre todo en Estados Unidos y en diversos países de Europa se han venido reportando daños severos en los pulmones y muertes prematuras de usuarios de esos dispositivos, Octavio Jiménez Macías dijo que el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias alertó sobre el potencial de los cigarros electrónicos de generar daño pulmonar a corto plazo.
Los riesgos a la salud pública son el esperado incremento de adictos a la nicotina, que pueden empezar a fumar cigarros normales en forma única o combinada, además de que también están los daños físicos, como los efectos irritantes en el pulmón, y los relacionados con el dispositivo, entre ellos el mal funcionamiento de las baterías y el calentamiento.
En esa línea, recientemente se ha notificado a través del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA por sus siglas en inglés), que hay más de 200 casos documentados de pacientes con lesión pulmonar grave en al menos 25 estados de Estados Unidos, asociados con el uso del cigarrillo electrónico, la mayoría de ellos en adolescentes y adultos jóvenes.
Los cigarros electrónicos generan un aerosol a través del calentamiento de un líquido que contiene nicotina, glicerina y saborizantes, que alcanza ampliamente al sistema respiratorio, tanto en vías aéreas de conducción como en zonas alveolares, debido al pequeño tamaño de las partículas generadas.
Se advierte, además, que en el aerosol inhalado se han encontrado cantidades mucho menores que en el humo del cigarro, de muchos compuestos tóxicos, entre ellos formaldehído, compuestos orgánicos volátiles, hidrocarburos policíclicos, nitrosaminas y metales (cromo, cadmino, zinc y níquel), provenientes del calentamiento del líquido, del dispositivo o procedentes de la batería, varios de ellos, conocidos cancinógenos o irritantes.