Monterrey (México), 3 mar (EFE).- Tener una de las reservas de litio más grandes del mundo colocará a México a la cabeza en la explotación de este valioso mineral, si bien su extracción puede tener un impacto ambiental de grandes costos, advirtieron este martes expertos en entrevista con Efe.
En el norte de México, en el estado de Sonora, la empresa Bacanora Lithium prepara un megaproyecto de 100.000 hectáreas para la producción del llamado mineral del futuro, que se pondrá en marcha en septiembre de este año y debería empezar a producir en 2022.
El también llamado «oro blanco» es clave para hacer frente al cambio climático en la transición a energías renovables, pero sus impactos a la salud, la biodiversidad y el medioambiente «están por verse», declaró a Efe Andrés Ángel, asesor científico de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA).
«Proyectos como el de Sonora lamentablemente van a ser como un experimento, un conejillo de indias, que nos va a mostrar un poco todo lo que puede pasar», consideró el geólogo experto en minería.
Con una reserva estimada de más de 243 millones de toneladas de litio -elemento vital para las baterías de teléfonos móviles, ordenadores portátiles y vehículos eléctricos- el proyecto ubicado en la Sierra Madre Occidental supone la mina más grande del mundo, según un estudio publicado en agosto de 2019 por Mining Technology.
Extraer litio en Sonora sólo será posible durante dos décadas, antes de que se terminen las reservas, pero los impactos a futuro no tienen fecha de término, explicó a Efe Daniel García, investigador de la Universidad Estatal de Sonora.
El primer impacto a considerar es la pérdida de biodiversidad en la zona donde se hará el desmonte para construir la planta, indicó.
«Podríamos incluso perder especies que no sabíamos que tenemos y eso ya tiene un impacto ambiental directo a la biodiversidad. A su vez, este impacto fragmenta el hábitat que es zona de distribución del jaguar», dijo.
En segundo lugar, se debe tomar en cuenta el estrés hídrico al que se será sometida la cuenca del río Yaqui, ya que «para hacer los filtrados y la extracción de las arcillas (que están sedimentadas al litio) se va a ocupar una cantidad de agua importante», detalló el biólogo.
«El tercer impacto va a ser la salud ambiental porque se va a producir carbonato de litio, que se utiliza en psiquiatría para enfermedades mentales», continuó.
El cuerpo humano tiene alrededor de 7 miligramos de litio y a partir de 15 ya es altamente tóxico, por lo que «si hay contaminación por litio en los mantos acuíferos o en los ríos, ese litio puede llegar a las comunidades y si llega vamos a tener problemas de toxicología y salud ambiental», señaló.
Sin embargo, el «Informe técnico sobre el estudio de viabilidad para el proyecto de litio Sonora México», emitido en enero de 2018 por Bacanora Lithium, indica que no se han identificado «significativos» problemas ambientales o sociales en la zona.
Según el reporte, los estudios de referencia ambientales y sociales fueron realizados por la consultora Solum y con base en las normas mexicanas. La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto fue presentada en mayo y aprobada en octubre de 2017 por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
«El proceso de aprobación generalmente toma 12-18 meses, pero se puede lograr en 6 meses con la documentación debidamente completada», señala el documento.
Efe contactó a Bacanora Lithium pero al momento de la publicación de este texto todavía no ha recibido respuesta por escrito acerca del posible impacto ambiental de la mina.
Según García, los MIA son vitales para evitar el mayor daño posible en el área a explotar, y por lo menos, «un buen estudio de impacto ambiental, debería considerar todo un año de monitoreo de condiciones».
Por su parte, el geólogo asesor de AIDA recomendó al gobierno mexicano tener un plan para prever los impactos a perpetuidad, es decir, para siempre, que dejará este proyecto.
«El lío de estas minas a gran escala es que son muy grandes y la velocidad de reacción es constante, por lo que te pueden quedar drenajes contaminados por cientos de miles de años», advirtió el experto.
Lamentó que en América Latina exista el concepto de «impactos a perpetuidad», que sí se contempla en Estados Unidos desde los años sesenta y contempla proyectos cuyos «impactos van a durar por milenios».
Resaltó que no existe un organismo o legislación internacional que obligue a los países a considerar los impactos a perpetuidad que los desechos de las minas pueden dejar en el planeta.
Las compañías mineras no han demostrado ser muy éticas en Sonora, agregó García, pues en 2014 Grupo México creó una contingencia ambiental al liberar 40.000 metros cúbicos de una solución de sulfato de cobre acidulado en los ríos Bacanuchi y Sonora, afectando a cerca de 22.000 personas.