México, 5 sep (EFE).- El programa gubernamental mexicano Sembrando Vida, que plantea la reforestación de un millón de hectáreas y el apoyo económico a los campesinos participantes, carece de criterios ecológicos y podría causar efectos adversos en bosques y selvas, advierten organizaciones ambientalistas.
De acuerdo con la organización civil Naturalia, los problemas de deforestación en el sureste del país tienen relación con programas gubernamentales de desarrollo rural que carecen de controles rigurosos en su impacto ambiental.
Afirma que Sembrando Vida promueve la quema y la deforestación de selvas existentes para sustituirlas por plantaciones de especies maderables y frutales.
La organización sostiene que para planear programas de atención a la pobreza debe mantenerse un estricto apego a criterios ambientales y a la legislación ecológica actual, pues el resultado a la larga no solo no será el esperado sino que pudiera ser contrario a la preservación de las selvas.
Sembrando Vida es un programa del Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador que busca establecer sistemas productivos agroforestales con el objetivo de generar empleos, mejorar los ingresos de los campesinos y alentar la autosuficiencia alimentaria.
En su primer informe de Gobierno, López Obrador dijo este 1 de septiembre que Sembrando Vida ha generado ya 230.000 empleos este año. «Se ha logrado arraigar a los campesinos jóvenes a la tierra, con lo que se atempera el fenómeno migratorio», sostuvo.
Aseveró asimismo que con el programa, que ha sido extendido a El Salvador y Honduras -con la perspectiva de aplicarlo también en Guatemala- como parte del Plan de Desarrollo Integral promovido por México para frenar la migración forzada, «se produce madera, fruta y otros alimentos, se rehabilita la selva y el bosque, y se rescata y protege la flora y la fauna nativa».
No obstante, Gerardo Ceballos, presidente de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar (ANCJ), señaló a Efe que Sembrando Vida es un programa «no integral», que es aplicado con una visión disgregada en lo ambiental en el sureste del país.
Señaló que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) tiene el programa Pago por Servicios Ambientales, el cual ha ido a la baja por no tener presupuesto, provocando que la gente inscriba en cambio sus predios en Sembrando Vida con su iniciativa de árboles maderables y frutales, pero que no está pensado para la conservación de selvas y bosques.
El también miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos recomendó crear un proyecto alterno llamado «Manteniendo Vida», enfocado en salvaguardar la diversidad animal y vegetal del sureste con una campaña educativa sobre la importancia de la biodiversidad.
Indicó que «la tala y el desmonte ilegales en el sureste de México representan la principal amenaza para especies como el jaguar, especialmente en la región de Calakmul, en la Península de Yucatán».
Esa región ha sido afectada por programas federales de desmonte, colonización y desarrollo agropecuario, propiciando un fuerte proceso de deforestación. En el periodo 2001-2017 se estima que la Península de Yucatán tuvo una superficie deforestada de más de 40.000 hectáreas por año.
La Conafor dio a conocer a Efe que en algunas de sus delegaciones se está implementando Sembrando Vida y que pese a ser un programa de reforestación y productivo, no tiene influencia alguna en el mismo y solo participa proporcionando asesoría técnica.
Añadió que gran parte de los recortes presupuestales que se aplicaron a la comisión se destinaron a Sembrando Vida, que es ejecutado por la Secretaría del Bienestar.
Por su parte, Jorge Rickards, director general en México del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), comentó a Efe que «como cualquier programa, Sembrando Vida tiene una buena finalidad, pero debe canalizarse de buena forma, tener más criterios para que se sepa bien en dónde sembrar y no tiren selva para plantar nuevos árboles».
«Ojalá este programa federal tuviera de manera alternativa un proyecto educativo e informativo para saber sobre las posibles repercusiones ambientales que puede ocasionar y así no se permita dañar el patrimonio natural mexicano, y si será un programa productivo agrícola que tenga la perspectiva de ayudar a restaurar zonas deforestadas», añadió.
Finalmente, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible informó a Efe que Sembrando Vida requiere de diversas mejoras en su aplicación, pero consideró que no debe frenarse el impulso a la mejora de la producción campesina con una visión de conservación de los recursos naturales.