Esta situación se está descontrolando… la invasión de Rusia a Ucrania está subiendo de nivel y ya hay por ahí una no tan velada amenaza de una tercera guerra mundial nuclear devastadora.
Este anuncio hecho anoche por el ministro de Exteriores ruso, vino después de que el mandatario estadounidense no se anduvo por las ramas y en su informe a la nación amenazó al Presidente ruso, a quien por primera vez llamó “dictador”.
Y si algo ha logrado Vladimir Putin en una semana en que inició el conflicto, es unir al mundo… pero en su contra, por la manera tan artera de actuar ante una nación que, según los propios soldados rusos, les han dado la batalla.
Como siempre, en un conflicto armado la mayoría de las víctimas son inocentes, quienes de la noche a la mañana tuvieron que huir de sus hogares, dejando atrás sus vidas, sus trabajos, sus familias, sus amigos, pues están emigrando para buscar un lugar donde no les alcance el horror de la guerra, porque eso es, aunque digan que no.
Las acciones militares rusas han provocado una cascada de sanciones en todos los ámbitos: deportivos, artísticos, culturales, de finanzas, les han cerrado el espacio aéreo a todos los rusos, muchos de los cuales, por cierto, no están de acuerdo con lo que ordenó su Presidente, pero sí sufren las consecuencias.
Lo que le pasa a Vladimir Putin es que el poder lo ha trastornado, el poder que hace cambiar a la gente, que aunque tengan mucho siempre quieren más; no puede ser que a estas alturas un país tan desarrollado use todo su poderío militar para entrar a una tierra que no le pertenece, lo que ha causado que el mundo entero esté en alerta ante lo que pueda suceder, ya que aunque es un conflicto tan lejano geográficamente, las consecuencias se sentirán a nivel global.
La historia es para recordarnos lo que no debemos hacer como humanidad, pero por lo visto no se ha aprendido la lección; por ejemplo, la guerra eterna en Medio Oriente ya ni siquiera es novedad, porque han pasado los últimos años en un perpetuo conflicto bélico, al que desgraciadamente ya estamos acostumbrados.
Una de las mayores preocupaciones es que la verdadera guerra no es entre Rusia y Ucrania, sino Rusia y Estados Unidos, que tiene en Joe Biden a un líder capaz de convocar a todos los países para detener el atropello de la invasión, aunque el mandatario de nuestro vecino país no ha tomado la decisión de intervenir militarmente, algo que el presidente ucraniano se lamentó; por cierto, este cómico que se convirtió en jefe de una nación gracias al voto popular, ha dado la sorpresa evidenciando liderazgo y un gran poder de convocatoria, pues ha mostrado el mejor ejemplo al hacer frente a tan compleja situación.
Aunque el pueblo ucraniano no se ha quedado atrás, pues lo une un sentimiento nacionalista que lo ha hecho tomar las armas para hacer frente a la amenaza rusa, y en todas las ciudades se ven hombres y mujeres de la sociedad civil que defienden su nación a costa de su vida.
El sentimiento del pueblo mexicano acompaña a esos ciudadanos de una nación tan lejana en la distancia pero tan cerca en el corazón, porque lo que están haciendo sus pobladores es digno de aplaudir y un ejemplo de unión, esa que nos hace tanta falta en nuestro país, que también vive su propias guerras.