Ciudad de México – El Gobierno de México alcanzó un acuerdo con los agentes que se opusieron a la sustitución de la Policía Federal por una nueva Guardia Nacional tras una semana de protestas, informó la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
En un comunicado, la institución informó de la creación de una "mesa de diálogo" con los representantes de los policías federales inconformes que se manifiestan en la sede de la Policía Federal, ubicada en Iztapalapa.
El acuerdo contempla también que los agentes levanten su huelga, las manifestaciones y los cortes de carreteras.
La mesa de diálogo, con representantes gubernamentales y policiales, se encargará de dar "seguimiento al proceso de transferencia de la Policía Federal a la Guardia Nacional".
Además, el Gobierno se comprometió por escrito a que "ningún integrante será despedido" y todos los agentes, accedan o no a la Guardia Nacional, mantendrán su empleo, sueldo, antigüedad y prestaciones.
El Gobierno publicó la lista de instituciones donde podrían ser transferidos los policías federales que no accedan a la Guardia Nacional, como el Servicio de Protección Federal, el Instituto Nacional de Migración, la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas o la Coordinación Nacional Antisecuestro.
Desde este mismo martes, se instalarán mesas informativas en la sede de la Policía Nacional y en 42 oficinas de todo el país en las cuales se informará a los agentes interesados sobre todos estos destinos.
El Gobierno garantizará también que aquellos agentes que deseen renunciar, "tendrán derecho a recibir su finiquito".
"Los firmantes de la Policía Federal se comprometen a hacer un llamado a sus compañeros a no realizar bloqueos en las vías de comunicación, en calles, avenidas, carreteras y puentes de jurisdicción federal, ni a manifestarse o faltar a sus servicios", señala el acuerdo.
A cambio, el Gobierno descarta "represalias" contra los agentes de la Policía Federal que han manifestado su inconformidad con la Guardia Nacional.
En conferencia de prensa, López Obrador, aseguró que los agentes que no acepten el acuerdo "están en su derecho" y evitó "menospreciar" a los que se opongan.
Desde Palacio Nacional, el mandatario atribuyó esta semana de protestas a que los agentes "no contaron con la información suficiente" y creían que se les iba a despedir.
Pero también, reiteró su teoría de que detrás de las manifestaciones había una "mano negra" con intereses políticos para dañar a su gobierno.
"Existe esa manipulación pero no prospera porque la gente está muy despierta, muy avispada", aseveró el mandatario.
Desde el Palacio Nacional, el presidente confirmó que se mantendrán las evaluaciones para que los policías federales puedan acceder a la Guardia Nacional y aquellos que no lo consigan podrán tener "otras ocupaciones como la vigilancia de oficinas públicas".
"No se despide a nadie", reiteró.
Pese a que el mandatario dio el conflicto por concluido, medios locales destacan que todavía hay un grupo de disconformes que este mismo martes llevarán a cabo acciones.
Los policías federales se oponen a la Guardia Nacional por considerar que perderán prestaciones laborales y porque los militares pueden acceder a este cuerpo sin pasar por ninguna evaluación.
López Obrador admitió que el 90 % de los militares que piden acceder a la Guardia Nacional lo logra, mientras que solo el 60 % de los policías federales lo consigue.
Para el presidente, esto es una muestra de que "se descuidó la corporación durante mucho tiempo" e insinuó que muchos agentes federales no tienen buenas condiciones físicas.
"En el Ejército, hasta los oficiales tienen que mantener el peso, tienen que hacer ejercicio y, si no, no hay ascenso", relató.