México, 16 ago (EFE).- La decisión del Banco de México (Banxico) de bajar la tasa de referencia ante la posibilidad de una recesión global es adecuada porque puede reactivar la economía, pero sus efectos no serán inmediatos y persisten amenazas, principalmente procedentes de Estados Unidos, dijeron este viernes analistas a Efe.
Banxico anunció el jueves su decisión de bajar el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día en 0,25 puntos porcentuales hasta el 8 %, siguiendo la reciente disminución de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos a un rango de entre 2 % y 2,25 %.
La institución argumentó que en las circunstancias actuales de pérdida de dinamismo económico el nuevo nivel de la tasa interbancaria es congruente con la convergencia de la inflación a su meta de 3 %.
La economía de México registró un crecimiento de 0,1 % en el segundo trimestre del año en comparación con el primero, cuando el PIB se redujo 0,2 %, según las cifras oficiales. Por ello, el Gobierno redujo su estimación de crecimiento económico para 2019 a 1,1 %.
La economista Gabriela Siller, catedrática de Economía del Tecnológico de Monterrey, dijo a Efe que los datos del crecimiento económico indican que México no atraviesa una recesión, sino una desaceleración.
Sin embargo, la también directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base advirtió que «la inversión ha sido uno de los indicadores más afectados este año, y la inversión se considera el motor interno para cualquier economía».
«Uno de los determinantes de la inversión es la tasa de interés, y sabemos que México tiene una de las tasas más altas del mundo. Obviamente Banxico la mantenía en ese nivel para poder combatir las presiones inflacionarias, pero al mismo tiempo llevaba a la baja la inversión productiva», anotó la experta.
Por ello, consideró que la decisión del banco central «es la adecuada y puede impulsar la inversión productiva sin generar tantas presiones, inclusive en el tipo de cambio».
«Sin embargo no es inmediato. Generalmente la política monetaria empieza a surtir efecto de unos tres a seis meses», sostuvo.
Al anunciar su decisión este jueves, Banxico destacó que hay una «incertidumbre prevaleciente» a nivel global que puede trasladarse a la economía nacional.
Destacó que los bancos centrales han tomado «posturas monetarias más acomodaticias» y alertó de la «volatilidad» en los mercados financieros por las tensiones entre Estados Unidos y China y la esperada desaceleración de algunas economías importantes como Alemania.
Sobre los factores externos, Siller destacó que el 20 % del PIB de México está constituido por las exportaciones, de las cuales 80 % van a Estados Unidos. «Entonces obviamente de lo externo lo que más preocupa es la situación económica de Estados Unidos», expuso.
Esta semana los mercados internacionales reaccionaron negativamente a la caída en la rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, una señal de recesión para muchos.
La doctora Siller explicó que «cuando se invierte la curva de rendimiento en Estados Unidos, y que pareciera que viene una recesión, esto se traduce en México en preocupación sobre la situación económica».
«Cuando (el presidente estadounidense) Donald Trump dice algo también los mercados en México se mueven. Entonces de los factores externos podemos decir que todo lo que ocurre en Estados Unidos es el determinante más importante», enfatizó.
Entre otros factores relevantes, destacó la guerra comercial EE.UU.-China, «sobre todo por la desaceleración que pueda provocar en esos países, que son las dos grandes economías del globo».
Sobre la declaración formulada el jueves por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien dijo que «toca madera» al ser interrogado sobre una posible recesión y que apeló a la suerte para superar esta coyuntura, la economista especuló que el mandatario pudo referirse a la impredecibilidad de la economía.
«Hay que recordar que la economía es una ciencia social, no una ciencia exacta. Se dan recortes en la tasa de interés, se dan cambios en la política fiscal, y no siempre se tiene el mismo efecto. Me imagino que quiso decir que depende de cómo vayamos respondiendo los consumidores y las empresas», acotó.
Por su parte, el analista económico Luis Alvarado, también de Banco Base, dijo a Efe que «en general vemos que los inversionistas en México están reaccionando negativamente a la posibilidad de que se acentúe la desaceleración y que incluso podamos entrar en recesión».
Indicó que una recesión en las principales economías no se traduciría automáticamente en una en México.
«Pero como este país depende mucho de la manufactura, del comercio exterior, de algunos sectores bastante cíclicos como el automotriz, es casi seguro que si Alemania empieza a entrar en una recesión o si la Eurozona empieza a apretarse, entonces México también va entrar en recesión».
«Sobre todo en Estados Unidos, ya que a ese país se dirigen 80 % de nuestras exportaciones. Entonces no es en automático pero sí es bastante probable que la economía mexicana caiga en una recesión si el resto del mundo cae», puntualizó.