Aguascalientes.- Abogada y apasionada de la política, a quien las encomiendas en el servicio público le han llegado de manera inesperada, por invitación y en reconocimiento a su desempeño, no a los colores partidistas a pesar de estar identificada por haber nacido en cuna tricolor.
Ella es Ángeles Aguilera Ramírez, proveniente de dos familias reconocidas en la Entidad, quien en su infancia vio y convivió en su casa a prominentes políticos, pero también a académicos que la vieron crecer en lo personal y lo profesional.
¿Quién es Ángeles Aguilera?
Soy una mujer ama de hogar, de 49 años, madre de familia. Soy una persona que disfruta mucho su vida, en estos momentos estoy gozando. Antes escuchaba que la gente decía que al crecer alcanzabas tranquilidad y madurez, y sí, he llegado a un punto en que disfruto lo que hago, sea lo que sea.
Disfruto mucho a mi familia, estar con mis padres que todavía los tengo, disfruto salir de viaje, hacer ejercicio y disfruto mucho de mi casa, este espacio en el que estamos que es mi oficina. Estudio, leo, me actualizo jurídicamente, pero también en la política que ha sido más que mi afición, mi pasión. Cuando hemos estado metidas en la política no nos podemos desligar.
¿Qué significa para ti la política?
Bueno, yo crecí en un mundo de políticos gracias a mi padre, he de decir que en mi casa estuvieron grandes personas que se dedican a esto.
Aunque me gusta muchísimo, también creo que es una profesión muy ingrata, mal entendida muchas veces por la sociedad que no entiende que quien se dedica a esto va haciendo carrera y con esto puede trabajar para gobiernos de distinta extracción partidista y aspirar a diversos cargos públicos, pero resulta que hay quienes lo toman como chapulinismo.
Pero yo veo la política de otra manera, yo lo veo de la manera más positiva posible para ayudar a mejorar el lugar donde vivimos.
¿Cómo se dieron las oportunidades?
Todo lo que he hecho se ha dado de manera circunstancial, no lo busqué, llegó y estoy muy agradecida con Dios y con la vida de que esas oportunidades hayan llegado en determinado momento y yo me permitiera tomar las decisiones que considero, han sido atinadas.
Ha sido increíble cómo he llegado a los distintos espacios del servicio público.
Mi primera oportunidad se dio cuando Lorena Martínez fue directora del INADE y de ahí pa'l real.
¿Cómo fue tu inicio profesional?
Fui una estudiante muy inquieta, bueno, sigo siendo inquieta. Diría mi mamá que no es gripa y no se me quitará. Pero bueno, esa inquietud me llevaba a que siempre que había algo de participar me involucraba en las cuestiones estudiantiles, en las sociedades de alumnos, siempre cerca de personas que estaban en la FEUAA, y es que tengo la dicha de haber estudiado 11 años en la Autónoma, secundaria, bachillerato y la licenciatura, tal vez de ahí salió que alguien me echara el ojo y me empezara a involucrar en el servicio público.
La primera persona que me invitó fue Lorena Martínez, yo tendría cerca de 16 años cuando mi hermana trabajaba con ella en la PROFECO y cuando se reunían en la casa, seguro que ella me vio y me invitó a participar en organizaciones no gubernamentales y cosas pequeñas, después me invitó a trabajar con ella en el Instituto del Deporte.
Al principio fui jefa del Departamento de Políticas Juveniles, mi jefe inmediato fue Hugo Guzmán, él era director de Causa Joven y así le llamábamos en aquellos tiempos al área de la juventud; luego me dio la oportunidad en el área jurídica.
Al cambio de Administración, Alfredo Morales Shaadi me pidió quedarme en la misma área legal del instituto, yo me sorprendí y le dije de mi filiación partidista y él respondió que él veía la capacidad, no los colores.
Era entonces gobernador Felipe González y alcalde Luis Armando Reynoso. Al poco tiempo me llamó el ingeniero Reynoso y me invitó a colaborar con él en el DIF Municipal, en el área jurídica y tomé la propuesta no sin antes haber hablado con Morales Shaadi, de ahí hasta el sexenio pasado estuve trabajando, mi último encargo fue la Subsecretaría General de Gobierno.
¿Y tu primer despacho?
Bueno, mi papá nos pedía a los hermanos que nos dedicáramos a estudiar exclusivamente, no quería que trabajáramos y como cuando él era servidor público cerraba su despacho de abogado, pues mi hermano y yo decidimos ponerlo a trabajar. Un día llegamos con cerrajero, abrimos la oficina y a mi papá no le quedó de otra que dejarnos. Mi hermano es mayor que yo y también abogado, yo estudiaba el quinto semestre de la carrera y así empezamos.
Ya antes había trabajado con mi tío también abogado y notario, el licenciado Javier Ramírez que siempre me ha apoyado en todo lo que yo hago, siempre está presente.
Y tu vida de pareja y familiar, ¿cómo la has llevado con tanto ritmo de trabajo?
Mi esposo Alejandro ha sido muy paciente y comprensivo con lo que a mí me apasiona, él es abogado litigante, es más serio que yo, tal vez por eso nos complementamos. A él lo conocí en la universidad. Con él me callaron la boca, pues yo siempre dije que no tendría un novio que estuviera en el mismo grupo y ¿qué crees?, él fue mi compañero, nos hicimos novios en el segundo semestre y de allí hasta ahora, seguimos juntos.
A él le prometí, cuando nos casamos, que no me involucraría en la política para tener tiempo para nuestra familia, pero creo que no le cumplí. Cuando Lorena me invitó a algo, no recuerdo bien, yo llegué muy entusiasmada a contarle y él sólo me observaba, cuando terminé de hablar, me recordó la promesa y entonces hablamos y le dije que no podría dejar eso porque es lo que me apasiona. Total, nos entendimos, avanzamos, siempre con altibajos como toda pareja pero hemos salido adelante unidos.
Uno de los momentos más complicados en mi familia fue cuando a él le detectaron cáncer, los niños estaban chiquitos y fue un shock, además acabábamos de superar una crisis económica, bendito Dios teníamos trabajo y superamos inclusive la enfermedad.
En lo que sí le he cumplido es en que yo tendría que cocinar, salvo algunas ocasiones o temporadas han tenido que comprar en cocina económica, pero generalmente yo me las ingenio para que haya comida hecha por mi.
¿Qué enseñanza te han dejado tus padres?
Fíjate que el ejemplo de mis padres me ha enseñado mucho, pero algo que tengo muy marcado es que no tenemos por qué hacer diferencia entre las personas, todos somos iguales aunque con distintas circunstancias.
Siempre nos decían en la casa eso y más mi madre, que todos somos iguales, aquí no hay nadie más que otro y si nosotros tenemos que agradecer que vivimos en circunstancias distintas, eso no quiere decir que seamos diferentes.
De mi padre el no robar, no mentir, no engañar, ser honesta, la responsabilidad, seriedad en el trabajo, amar la profesión que tengo. El toda la vida nos ha recalcado el no robar y si estás en el servicio público, no robar, recuerdo que él tuvo miedo cuando trabajaba en Gobierno a que pudiera caer en tentación, pero mira, nunca la tuve gracias a su enseñanza.
¿Cómo te gustaría ser recordada?
Quiero que me recuerden como una persona alegre, sí de carácter fuerte y la gente que ha trabajado directamente conmigo lo sabe, pero también sabe que sé equilibrar las cosas. Que me recuerden como una persona que disfrutó la vida, a su familia, encantada con el lugar donde nació y donde vivió.