(EL UNIVERSAL).- Un nuevo estudio llevado a cabo por científicos de la Oregon Health & Science University ha demostrado que el SARS-CoV-2 reaciona a otras cepas de coronavirus, incluyendo la del SARS-CoV.
De acuerdo con los expertos, los anticuerpos generados por el brote de SARS de 2003, el cual provoca una neumonía atípica, tuvo una eficacia limitada para neutralizar al virus que provoca el Covid-19.
El trabajo, a cargo de Fikadu Tafesse, profesor asistente de microbiología molecular e inmunología, arrojó información importante para la realización de vacunas y el diagnóstico de la enfermedad que ha cobrado la vida de más de 2 millones de personas en el mundo.
«Nuestro hallazgo tiene algunas implicaciones importantes con respecto a la inmunidad frente a diferentes cepas de infecciones por coronavirus, especialmente a medida que estos virus continúan mutando», afirmó el experto quien publicó su estudio en la revista «Cell Reports».
Pese a lo anterior, y aunque el SARS-CoV y el nuevo coronavirus tienen 18 años de diferencia, el experto insistió en que se necesitan llevar a cabo más investigaciones para también determinar la eficacia que tienen las vacunas que se han desarrollado.
«Aunque las vacunas que salen ahora pueden romper el impulso del virus y poner fin a la pandemia, es posible que no sean el final», dijo Tafesse al señalar que tampoco considera que exista una inyección que sea única para todas las personas.
Los investigadores a su cargo usaron clones de anticuerpos individuales para probar la reactividad cruzada. Timothy Bates, coautor del estudio, recalcó la importancia de que los virus mutantes emergentes pueden ser susceptibles a anticuerpos producidos en una infección o vacuna previa.
«Cada individuo tiene un sistema inmunológico diferente que creará un repertorio único de anticuerpos diferentes que se unen a diferentes lugares del virus, por lo que la posibilidad de que una variante del SARS-CoV-2 escape de todos ellos es bastante baja», añadió.
Bajo esta misma idea, los expertos también advirtieron el riesgo en la precisión de pruebas de sangre, luego que los anticuerpos pueden confundirse con otras enfermedades, incluido el refriado común.