La controvertida Inteligencia Artificial está encontrando acomodo en escuelas mexicanas de cine, pero apelando a la ética del alumnado en su uso.
La IA fue uno de los motivos de las huelgas de escritores y actores de EU, que prácticamente paralizó a Hollywood durante casi medio año de 2023, pues se estaba en contra que con la tecnología se crearan guiones o se pudiese usar el rostro de actores para futuras producciones.
«Cuando mejor comprendes la tecnología, puedes entender el beneficio y saber hacia dónde llevarla para ser parte del proceso creativo, aunque de manera responsable», dice Roberto Cabezas, director de la Especialidad en Inteligencia Artificial para Producción Audiovisual, de CENTRO.
La escuela recién creó un posgrado en IA para producción audiovisual, pero desde hace año y medio realizaban cursos alusivos.
El cineasta Marcelino Islas Hernández («Mi novia es la revolución» y «Clases de historia»), codirector de la carrera de cine en la misma institución, es que los estudiantes se asuman a sí mismo como autores y la IA sea sólo una herramienta que en algún momento puedan utilizar.
Hasta la fecha la tecnología permite que, por ejemplo, se ofrezca distintos escenarios de hacia dónde puede caminar una escena. Mientras que para algunos eso significa un ahorro en tiempo de proceso, otros consideran que se pierde originalidad pues la IA toma información existente en la red, por lo que daría una solución copiada.
«Lo importante es que los estudiantes se comporten como autores, de que piensen por qué están diciendo tal cosa (en la historia) y, por otro lado, con la ética que debemos tener como cineastas y como persona, por ahí es donde se debe estar empujando», considera Islas Hernández.
El recuerdo de la ética en la IA es algo latente en el medio mexicano. Recién se dio a conocer la creación del Comité de Ética y Regulación de la IA en la Industria Audiovisual en México, iniciativa privada integrada por profesionistas como el abogado Xavier Careaga, la catedrática en filosofía Julia Muñoz y el periodista Enrique Figueroa.
El Comité ha fijado tres puntos para lograr sus objetivos, siempre junto al sector y buscando las instancias legislativas correspondientes. El primero es desarrollar estándares que favorezcan el uso responsable y ético de la IA en todas las fases y miembros que participen en la producción; proponer y promover cláusulas contractuales que puedan ser adoptadas en la industria y establecer códigos éticos claros y comprensibles para maximizar los aspectos positivos en el uso de la IA.
Cabezas, de CENTRO, recuerda que de alguna manera la IA ha sido utilizada en el cine, aunque no generativa como ha sucedido en los últimos meses.
«Siempre ha habido algoritmos de aprendizaje de máquina que ha hecho más fáciles algunos procesos, como el hacer una máscara o un rotoscopiado (para animación), es como un mix de procesos automatizados con la intención artística humana y es quizá ahí donde el cine más se beneficia porque tiene acceso a valores de producción que antes eran muy caros.
«Eso no quiere decir que la IA se debe como algo desbocado, hay una dirección de producción, de artes (por ejemplo) y entre más conocimiento de la técnica se puede alinear a los valores de producción», subraya.