México, 13 ene (EFE).- Aplicaciones digitales ofrecen ahora una solución tanto para los clientes como los trabajadores mexicanos del hogar, un sector que en este país ha estado desprotegido históricamente por la discriminación, los abusos y la falta de seguridad social.
La búsqueda de un ingreso más estable y de mayor seguridad motivó a Rodolfo Espino, técnico de línea blanca desde hace más de 20 años, a registrarse en Apetoi, una aplicación que comenzó en México el año pasado para conectar a clientes con trabajadores como él, además de plomeros (fontaneros), carpinteros, electricistas y cerrajeros.
«La cuestión de seguridad es lo más importante, Tanto para una parte como la otra. Debe de haber seguridad tanto para los clientes como para los técnicos», comenta Espino a Efe tras advertir que sus colegas suelen ser víctimas de fraude al trabajar por su cuenta.
En México, hay más de 297.000 carpinteros, 233.500 electricistas y 9.618 cerrajerías, con base en datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), aunque no hay información precisa de cuántos de los 15 millones de trabajadores independientes se dedican a estos oficios porque la mayoría labora en la informalidad.
Ante esta oportunidad, el emprendedor venezolano Armando Goncalves fundó Apetoi, que ya tiene en Ciudad de México más de 400 trabajadores registrados, que pasan por una revisión de seguridad, capacitación tecnológica y descuentos con proveedores de materiales.
«Esta plataforma está creada para los aliados. Algo que ellos tienen es la disponibilidad de conseguir trabajo cuando ellos lo deseen, conseguirlo en el momento que ellos lo requieran y, adicional a esto, poder tener una formación constante», explica en entrevista.
La plataforma revisa a los usuarios y a los empleados para evitar abusos en ambos lados.
Para el empresario, el acceso a la tecnología y el alto uso de celulares inteligentes hacen a México un mercado atractivo para estas plataformas.
«Me gusta tener todas estas oportunidades y creo y estoy convencido de que el mercado mexicano está sumamente preparado y conocedor de aplicaciones de esta índole y ha sido un poco más sencillo entender cuál es su funcionamiento», expresa Goncalves.
EMPLEADAS PROTEGIDAS
En México hay cerca de 2,5 millones de personas que se dedican al trabajo doméstico remunerado, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de las que 95 % son mujeres y en «su gran mayoría no gozan de seguridad social o de la protección de un mecanismo afín», según un estudio del Senado.
Con esto en mente, Estefanía Barajas lanzó en 2015 la aplicación Mi Dulce Hogar, que cuenta con más de 60 trabajadoras que cuentan con prestaciones y están registradas ante el IMSS desde un inicio.
«Empezó Mi Dulce Hogar con la intención de matar dos pájaros de un tiro y darle a los clientes una forma sencilla de agendar un servicio confiable, pero también para que las trabajadoras del hogar tengan un empleo formal. Y nosotras somos la única plataforma en México que contrata 100% a todas las trabajadoras», relata.
En los más de 50.000 servicios de limpieza, la plataforma ha encontrado como mayor reto el respeto a las trabajadoras, lamenta Barajas, quien precisa que la empresa da de baja a los clientes con reporte de maltrato.
«Creo que es algo que nos ha costado mucho trabajo porque, increíblemente, aún en pleno 2020, hay gente que es discriminatoria hacia ellas», manifiesta.
NUEVAS OBLIGACIONES
El Gobierno mexicano ratificó el año pasado el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para extender las protecciones laborales a los empleados domésticos.
Además, lanzó un programa piloto, que este año será obligatorio, para inscribir a estos trabajadores en el IMSS, algo a lo se ha adaptado Aliada, una plataforma digital que nació hace cinco años para dignificar el trabajo doméstico.
«Ha sido un gran reto ya que tanto la sociedad como las leyes en México apenas se están adaptando a esto y estamos en proceso de desarrollar planes de acceso a seguridad social mediante el uso del Piloto del IMSS para trabajadoras domésticas», indica Carlos Maya, director general de la aplicación.
Sin embargo, el empresario percibe que la dignificación de estas empleadas va más allá de este programa, por lo que ellos les proveen de seguro de accidentes, capacitación financiera y atención en caso de maltrato.
«Las hemos ayudado en temas de inclusión financiera, todas tienen una cuenta de banco, y a través de la tecnología tienen acceso a más opciones de trabajo, eso les ha generado mayor confianza en sí mismas y que sean económicamente y emocionalmente independientes», menciona.