Vaya angustia que están viviendo en estos momentos los padres de familia que tienen ante sí la disyuntiva de llevar o no a sus hijos a la escuela.
Cierto, es una decisión que se pensaba que no iba a llegar, pero según el presidente Andrés Manuel López Obrador están dadas todas las condiciones para que los niños regresen a la normalidad, pero en cuanto al aspecto educativo.
El problema que se ve es que justo se toma esta decisión cuando el país entero está inmerso en la tercera ola de la pandemia por Covid, y desafortunadamente con la variante Delta, además de que se han incrementado los contagios que ahora afectan más a personas jóvenes y a niños, cuando se pensaba que a ellos no les causaba mayor problema el virus.
Y mientras que el Presidente ya alineó a la Secretaría de Educación Pública y a sus delegados en cada uno de los Estados, un obstáculo a vencer es que entre ellos mismos no se ponen de acuerdo y, por ejemplo, en el decálogo presentado por la SEP para el retorno seguro a las escuelas se pide que los paterfamilias firmen una carta responsiva en la que se hagan, como el nombre lo indica, responsables de contagios o secuelas en caso de que los menores de edad se infecten.
Por cierto, esta carta levanta ámpula porque la 4T se deslinda de todo lo que conlleva un retorno a clases cuando aún no están dadas las condiciones sanitarias.
Pero para pronto López Obrador dijo que a él ni lo consultaron y que la decisión la tomaron abajo, refiriéndose, suponemos, a mandos medios, ni siquiera la Secretaría de Educación. Con estas indecisiones no se puede aclarar el panorama para los padres que reconocen que a los niños les hace falta regresar a la normalidad, pero que saben que los pondrían en riesgo.
En Aguascalientes las autoridades apenas el fin de semana indicaron que la decisión del retorno o no se tomaría al límite, faltando una semana para el regreso oficial, que es el día último de este mes. Pero los colegios se les adelantaron y se fueron por la libre, pues la mayoría de las escuelas privadas ya mandaron comunicados a su comunidad escolar y el retorno será presencial, pero si algún padre decidiera no regresar, se le facilitaría la educación en línea, pero es una modalidad u otra, ya no será híbrida.
La decisión está en cada padre de familia que debe decantarse entre salud mental, porque los niños necesitan regresar a lo que tuvieron que dejar abruptamente hace más de un año, con sus amigos, con su entorno, con sus rutinas, o con la prioridad de la salud física para resguardarlos en casa y no exponerlos a contagios.
Pero cuando vemos a tantos menores de edad que no están en casa, sino en fiestas, en cines, en centros comerciales, en cursos de verano, entra la duda y la inquietud: ¿sí los estamos cuidando? Ésa ya es decisión de cada padre o madre que en su interior sabe lo que es mejor para su hijo.