CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 14 (EL UNIVERSAL).- La llegada de un huracán no es una buena noticia. Este fenómeno natural es destructivo y mortífero en muchos casos. Algunos, debido a su gran impacto, son más recordados, como Katrina en 2005 que devastó la ciudad de Nueva Orleans en el sur de los Estados Unidos, o Wilma, también en 2005, que afectó Quintana Roo, México, el occidente de Cuba y la península de Florida. Pero ¿alguna vez te has preguntado quién los nombró así? Vamos a explicártelo.
Muchas personas tienen la creencia de que los meteorólogos que se encargan de monitorear estos fenómenos y predecir su impacto son los encargados de darles nombre, y eligen uno que tenga algún significado para ellos. Pero no es así. El nombre de los ciclones y huracanes se da por un consenso internacional y no es una tarea tomada a la ligera.
Así se elige el nombre de los huracanes
De acuerdo con Meteored, un portal especializado en información meteorológica, el nombre de los huracanes se lleva a cabo de manera coordinada entre organismos regionales responsables de dicha actividad y la Organización Meteorológica Mundial.
La primer razón por la cual eligen nombres de personas es evitar términos técnicos, por ejemplo hablar de latitud y longitud, pues la intención es facilitar la divulgación de alertas para advertir a la población y salvar vidas.
Si bien siempre se han utilizado nombres, la manera de bautizarlos ha ido cambiando con el tiempo, pues en el siglo XIX se usaba el nombre del santo que correspondía al día que el huracán tocaría tierra.
Por ejemplo, el 4 de octubre es el día de San Francisco de Asís, según el calendario católico, y en 1844 un huracán afectó el occidente de Cuba, siendo denominado como la «Tormenta de San Francisco de Asís».
Posteriormente se comenzaron a utilizar otros nombres. Meteored señala que el primero en utilizar un nombre femenino fue el meteorólogo australiano Clement Wragge a finales del siglo XIX, aunque también utilizó nombres de criaturas mitológicas y de políticos que no eran de su simpatía.
Fue hasta el año 1953 cuando de manera sistemática comenzó a denominarse a los ciclones usando nombres propios, siendo Estados Unidos el país pionero.
Por años solo se utilizaron nombres de mujeres, pero esa práctica llegó a su fin en 1978 cuando se incorporaron nombres masculinos.
Un año después, la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos decidieron crear listas con nombres masculinos y femeninos.
Así, dichos organismos se encargan de crear un listado que contiene un nombre por cada letra del alfabeto, exceptuando las letras Q, U, X, Y, Z que son poco comunes.
Estas listas son recicladas cada seis años y se reemplazan los nombres cuando el nombre de un huracán ha sido retirado.
Y es que como explica el Ministerio del Medio Ambiente de El Salvador, los nombres de los huracanes más destructivos se retiran, quedando en los registros históricos y son sustituidos por otros que inician con la misma letra.
Curiosidades meteorológicas
Ya sabes quién le da nombre a los huracanes, ahora es momento de que conozcas otras curiosidades de la meteorología.
Los ciclones son nombrados una vez que alcanzan vientos iguales o superiores a 63 kilómetros por hora, es decir, cuando se convierten en tormenta tropical, lo que significa que las depresiones tropicales no se nombran.
Los nombres de la lista que se les asigna a los huracanes y ciclones provienen del español, inglés y francés, y se altera el género.
En el Atlántico se ha agotado la lista de nombres en dos momentos, en 2005 y 2020, ello se debió a que se utilizaron los nombres de las letras del alfabeto griego, pero esto quedó en desuso a partir de la temporada 2021 cuando empezó a utilizarse una lista con nombres propios.
La letra inicial donde más nombres se han retirado debido a su gran impacto en el Atlántico es la «l», el caso más reciente es el huracán Ida del 2021.