CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 30 (EL UNIVERSAL).-
Con un escenario completo, el mismo que ha utilizado a lo largo de toda su gira, el cantante estadounidense The Weeknd ofreció una experiencia musical repleta de efectos visuales, coreografías y un montaje que cautivó a los capitalinos.
En el corazón del escenario del Foro Sol, el artista detrás de «Blinding Lights» sorprendió a su audiencia al hacer descender una luna, utilizando una simulación inflable del satélite natural de la Tierra. Esta impresionante creación, acompañada de cautivadores juegos de luces desde el escenario, se transformó en una paleta de colores en constante cambio que hipnotizó a los presentes.
Una imponente estatua metálica, con una altura que superaba los tres metros, se puso en movimiento desde los primeros acordes del concierto del cantante. Justo debajo de esta majestuosa obra, los bailarines desplegaron una amplia variedad de coreografías, llevando a cabo sus danzas alrededor de esta escultura que dividía el pasillo del escenario en dos.
Esta división del escenario posibilitó que The Weeknd transitara por distintas zonas durante su espectáculo para estar cerca de todos sus seguidores, ya sea portando el casco que cubría la mitad de su rostro o sin él.
No obstante, además de sumergir a los asistentes en una experiencia cautivadora, respaldada por una escenografía con un concepto distópico, The Weeknd descendió del escenario para acercarse mucho más a los fanáticos que habían adquirido los boletos más costosos del recinto.
Este acercamiento casi provocó el desmayo de una fan que se unió a él para cantar parte del coro de una de las últimas canciones de su repertorio, «Out of Time.»
Así, entre fuegos, una pantalla de más de 10 metros de largo y las características notas de la voz del cantante, que demostró abarcar desde el trap hasta la balada pop, concluyó el primero de los dos conciertos en el estadio Foro Sol.