Si no se le pone atención al tema se puede descontrolar: surgieron nuevamente las autodefensas en el territorio de Asientos y es un claro llamado de atención para las autoridades.
Este tipo de defensa que realizan los ciudadanos obedece, principalmente, a que no se sienten seguros en su vida y en su patrimonio, por lo que han optado por cuidarse ellos mismos haciendo rondines, estando alertas y, sobre todo, realizando labores de vigilancia como prevención.
El colmo para las autoridades, que endosan los problemas de seguridad a gobernadores de Estados vecinos, es que deben de saber que es la propia ciudadanía la que le pide a los arriesgados integrantes de las autodefensas que asuman esas funciones, pues mientras se echan la pelotita los mandatarios, ellos, los ciudadanos, son los que se sienten vulnerables ante la violencia desatada en todo el territorio aguascalentense y más allá, léase, en toda la región, pero principalmente en Zacatecas y Guanajuato.
No es nada tranquilizador que nuestro vecino territorial sufra como nunca el embate de la delincuencia pues, de plano y como franco reto para las autoridades y que en muchas ocasiones alcanza a las de aquí, los malosos son capaces de decapitar, desmembrar, secuestrar, asaltar y hasta exhibir a sus muchos muertos, no importándoles que familias completas vean las dantescas escenas, pues últimamente han escogido puentes para colgar su tendedero de occisos para infundir el terror entre la población, lo que definitivamente han logrado con creces.
A todo eso se exponen, creemos, los integrantes de las autodefensas que ya hasta tienen nombre ‘Vecinos Vigilantes Real de Asientos’, quienes para ayudarse con los gastos operativos piden la cooperación de los pobladores, quienes sin chistar dan su aportación.
En una de ésas, como van a la guerra sin fusil, pueden ser atacados por integrantes de la delincuencia que, por cierto, están mejor armados que las autoridades, a inferir por la espantosa ola de violencia que no sólo azota en la región, sino en todo el país.
Y esto de las autodefensas no se sabe si es para bien o para mal, pero el ejemplo puede cundir a otras partes del territorio local, lo que pondría en evidencia la incapacidad del Estado para brindar un derecho a toda la gente: la seguridad.
Pero eso de las autodefensas no es un concepto nuevo, ya que, obviamente a menor escala, en varios fraccionamientos y colonias de la ciudad han surgido, casi siempre por iniciativa propia, los vecinos vigilantes, quienes hacen rondines y reportan las irregularidades de su entorno.
Aquí estamos a tiempo de parar esta, hasta cierto punto, penosa y riesgosa situación, pues la seguridad depende, primero, de cada municipio, y segundo, por supuesto, del Estado, que si trabajaran de forma conjunta la sociedad no tendría la necesidad de buscar el autocuidado, aun a costa de su propia vida.