México, 26 sep (EFE).- La insistencia de permanecer en el escenario político de México del expresidente Felipe Calderón (2006-2012) se debe a que no puede dejar el poder, ya sea por los beneficios que obtuvo o por los pendientes que tiene por pagar, considera la periodista mexicana Anabel Hernández.
«Calderón sigue vigente porque es incapaz de dejar el poder, tal vez porque tantos beneficios que le causó, o tantas facturas pendientes tiene todavía que pagar que necesita regresar al poder para terminar de cumplir sus compromisos», dijo a Efe la periodista, quien acaba de actualizar su libro «Los cómplices del presidente», sobre Calderón.
Para Hernández (México, 1971) debido a su protagonismo, Calderón «no se resigna a pasar a la historia como lo que es, un presidente que dejó a México en llamas, destruido; es uno de los peores presidentes, de la época moderna, dado el daño estructural que le hizo al país y del cual aún sufrimos las consecuencias».
Para la periodista, Calderón «se niega a salir de la escena pública» y utiliza tanto a las tendencias reaccionarias en México como algunos sectores de derecha «que automáticamente repudian a la izquierda que representa el presidente Andrés Manuel López Obrador».
Las diferencias entre López Obrador y Calderón vienen desde que el segundo se impuso por poco en los comicios presidenciales de 2006, cuyos resultados fueron impugnados por el primero.
Años después, cuando López Obrador alcanzó finalmente la presidencia en 2018, Calderón intentó crear, junto con su esposa Margarita Zavalaun, un partido opositor llamado México Libre, cuyo registro fue denegado en septiembre por el instituto electoral.
«México, por ahora, es el que esta libre de su partido porque si este hombre pudiera crear un partido después de todo lo que ha hecho al país eso significa que los mexicanos no hemos aprendido nada», apuntó.
Hernández describe de esa forma a Calderón porque lo ha investigado y analizado a profundidad y producto de su trabajo periodístico publicó dos libros: «Los cómplices del presidente» (Debolsillo, 2008), que este año actualizó y que ha cobrado vigencia con todo lo que rodea a Calderón, y «México en llamas» (Grijalbo, 2013).
LOS CÓMPLICES DEL PRESIDENTE
Precisamente en «Los cómplices del presidente», libro en el que de manera amplia y documentada Hernández da cuenta de la corrupción y la impunidad que imperó durante la administración de Calderón, se describe su relación con dos de sus hombres clave: Juan Camilo Mouriño, su secretario de Gobernación fallecido en un accidente, y Genero García Luna, su secretario de Seguridad, quien está preso en Estados Unidos por presuntamente colaborar con el narcotráfico.
Recordó que el libro, escrito en 2008, le ayudó «a realmente comenzar a entender que era lo que realmente estaba ocurriendo en México y quién realmente era Felipe Calderón, entonces presidente, y quienes eran estos hombres que tenían toda su confianza».
De Mouriño, quien murió en noviembre de 2008 en un accidente de avioneta en Ciudad de México, dijo que «era una persona absolutamente frívola, sin ninguna madurez política» y no había tenido esfuerzo alguno para, primero ser jefe de la Presidencia y posteriormente secretario de Gobernación.
«Su único mérito era ser amigo personal de Calderón y fue el artífice de Genaro García Luna y su llegada a la Secretaría de Seguridad Pública», contó.
INVESTIGACIÓN SÓLIDA
Recordó que la investigación sobre García Luna y Luis Cárdenas Palomino, su mano derecha y sobre quien el pasado jueves un juez ordenó su captura por su presunta responsabilidad en torturas, fue «muy seria y tenía mucha conciencia de lo que estaba haciendo, pero también de que no podía equivocarme».
Consideró que su investigación «fue prácticamente de Fiscalía» ya que todo lo investigó y corroboró tantas veces con fuentes diversas, documentos, testimonios, víctimas y hasta de los propios delincuentes para llegar a la verdad.
«Esta verdad periodística, muy fundamentada y muy sólida, ahora es una verdad judicial no solo en México por esta orden de aprehensión en contra de Cárdenas Palomino sino también en Estados Unidos con la detención de García Luna.
Recordó que en EE.UU. estos personajes «son apenas algunos de los muchos otros que serán implicados y acusados penalmente en Nueva York por sus vínculos con el narcotráfico como exservidores públicos en la administración de Felipe Calderón».
La periodista, quien en 2001 ganó el Premio Nacional de Periodismo de México, contó que en el libro «viene muchas claves y muchos nombres de personajes que formaron parte de este grupo que protegió a García Luna que tienen que ser investigados ya que muchos policías siguen vigentes como Omar García Harfuch», actual jefe de la policía en Ciudad de México.
«Porque mientras algunos de estos policías de este grupo esté en un cargo público seguirán saboteando cualquier intención de pacificar al país y de hacerlo más justo», finalizó.