Redacción Internacional, 30 nov (EFE). Latinoamérica sigue reportando un aumento de contagios con VIH, en especial en Chile, Bolivia, Costa Rica y Brasil, aunque la cifra de muertes vinculadas con el sida ha disminuido debido a un mayor acceso al tratamiento, subrayaron expertos a Efe por el día mundial de la lucha contra esa enfermedad, este 1 de diciembre.
Se calcula que dos millones de personas viven con VIH en América Latina y el Caribe y cada año cerca de 35.000 pierden la vida por causas relacionadas con el sida.
Pese a los avances en el tratamiento, la falta de acceso a los servicios de salud, el estigma, la discriminación y la creciente migración se mantienen como los principales desafíos para la región.
De hecho, la ONU ha alertado del desplome de la cobertura del tratamiento en Venezuela, que ha obligado a muchas personas con VIH a migrar para recibir medicamentos y atención en salud en otros países.
CHILE Y EL SALVADOR, LOS EXTREMOS EN CONTAGIOS
La cifra anual de muertes relacionadas con el sida en Latinoamérica disminuyó un 14 % entre 2010 y 2018, año en el que se reportaron 35.000 fallecimientos, pero las nuevas infecciones aumentaron un 7 %.
Se estima que 100.000 personas contrajeron el virus solo en 2018, de las cuales una de cada cinco eran jóvenes de entre 15 y 24 años.
«Aproximadamente la mitad de los países de la región ha experimentado un alza en la incidencia (nuevas infecciones) entre 2010 y 2018. Los mayores aumentos se produjeron en Chile (34 %), Bolivia (22 %), Brasil (21 %) y Costa Rica (21 %)», detalló a Efe Maeve de Mello, asesora regional en prevención del VIH de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Datos de la ONU de 2018 muestran que las infecciones también crecieron en Uruguay (9 %), Honduras (7 %), Guatemala (6 %) y Argentina (2 %), mientras que México se mantuvo estable.
De Mello subraya que la tasa regional se ve marcada por Brasil, debido a su cantidad de población. «De hecho, si no se contara ese país, la cifra de contagios de la región para ese mismo periodo habría descendido un 5 %», agrega.
Destacó, en ese sentido, la reducción de nuevas infecciones en El Salvador (-48 %), Nicaragua (-29 %) y Colombia (-22 %), seguidos de Ecuador (-12 %) Paraguay (-11 %), Panamá (-8 %) y Perú (-6 %).
Mientras en el Caribe, la cifra bajó 16 %, con un estimado de 16.000 nuevos casos en 2018.
PREP COMO CLAVE DE POBLACIÓN EN MAYOR RIESGO
Los especialistas han llamado la atención sobre la necesidad de mejorar el acceso a los medicamentos, extender el uso de la píldora que previene el VIH (PrEP) y avanzar hacia tratamientos de liberación prolongada, como inyecciones mensuales o incluso semestrales, que mejoren la adherencia.
La PrEP, una estrategia en la que personas con una probabilidad muy alta de contraer el VIH toman un medicamento diariamente para prevenirlo, ha sido considerada crucial para la región dado que un 65 % de las nuevas infecciones se reporta en poblaciones con mayor riesgo, como los gais o trabajadores sexuales.
Aunque desde 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que se ofrezca la PrEP como una opción a personas con riesgo sustancial de infectarse, este sistema es relativamente nuevo en América, donde pocos países, como Bahamas, Barbados, Brasil, Canadá y Estados Unidos, ya lo incluyen en sus políticas preventivas públicas.
Hacia el primer trimestre de este año, Cuba también comenzó la entrega de la PrEP, que se estima reduce en un 90 % la probabilidad de contraer el virus.
AVANCE CONSTANTE PERO LENTO
De acuerdo con Onusida, el progreso de la región en los objetivos 90-90-90 para acabar con la epidemia del sida ha sido «constante, pero la falta de acceso a los servicios de salud y los desafíos para el seguimiento y la atención de los pacientes impiden que el progreso sea más rápido».
La OPS calcula que en el objetivo de que para 2020 el 90 % de las personas que viven con el VIH conozca su estado serológico hay un 77 % de progreso.
Mientras que en la meta de que el 90 % de los diagnosticados reciba terapia antirretrovírica continuada para 2020 hay un 79 % de avance; y en la de que el 90 % de los que reciben terapia antirretrovírica tenga supresión viral, hay un cumplimiento del 83 %.
«El cuarto ’90’ que detectamos es la calidad de vida», sostuvo a Efe el médico internista e infectólogo venezolano Víctor Saravia, quien participó este fin de semana en el XIII Foro de Conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, en Bogotá.
De acuerdo con el experto de GSK, aunque la calidad de vida es esencial para los pacientes con VIH, aún no se han diseñado estándares sobre cómo alcanzarla, por lo que instó a promover la red de ciudades de Acción Acelerada ante el sida, de la que ya forman parte las capitales de México, Argentina, Ecuador, Panamá, Honduras, Cuba Paraguay y Chile, así como varios municipios de Brasil.
NUEVOS ESQUEMAS
Según el especialista en enfermedades infecciosas y VIH Sebastián León, las investigaciones, de las que se esperan pronto los resultados de estudios clínicos, apuntan a inyecciones mensuales o medicamentos orales para mantener a raya la infección y mejorar la adherencia al tratamiento.
La perspectiva es llegar a inyecciones o comprimidos mensuales o cada seis meses que mejoren la calidad de vida y eviten que se abandone el tratamiento, añadió el experto colombiano de MSD.
Para 2018, 37,9 millones de personas vivían con VIH en el mundo, entre ellos 1,7 millones de niños.
Este 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, una fecha en la que América se enfocará en concientizar sobre las necesidades de los jóvenes.
Diana Marcela Tinjacá