México, 25 oct (EFE).- El rector de la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México, Salvador Martínez, anunció este domingo que las misas del 11 y 12 de diciembre estarán pregrabadas y se emitirán de forma virtual para evitar la masiva peregrinación del Día de la Virgen ante el riesgo de rebrotes de covid-19.
«Nosotros habremos de preparar esa celebración otro día para retransmitirla el 11 y 12 de diciembre porque también nosotros queremos cuidarnos y evitar contagiar a otros o que nos contagien», explicó el rector en un mensaje en video.
Martínez invitó a los feligreses a participar en las festividades guadalupanas siguiendo a través de televisión e internet las retransmisiones de todas las ceremonias, pero advirtió a los peregrinos que «todas ellas serán diferidas» por la pandemia.
«Esto afecta la manera en que tradicionalmente celebramos a la santísima Virgen María de Guadalupe ya que entre el 5 y el 15 de diciembre visitan el santuario 15 millones de personas, muchas veces muy apretados, formando grandes multitudes y lo queremos evitar», dijo.
El rector del templo invitó a los feligreses y a las congregaciones a acudir a la basílica durante noviembre y entregar las veladoras y flores que quieran dedicar a la virgen, las cuales serán depositadas entre el 11 y el 12 de diciembre por parte de las autoridades eclesiásticas.
«De esta forma, participamos pero evitamos riesgos», dijo.
Además invitó a los ciudadanos a dedicar «Las Mañanitas», que los guadalupanos cantan a la virgen durante la noche del 11 al 12 de diciembre, en los domicilios o en los altares callejeros que hay en muchos de los barrios del país, sin acudir a la basílica.
Ante el riesgo de rebrotes, las autoridades sanitarias de México pidieron el martes a la población evitar aglomeraciones en el país, especialmente durante el Día de Muertos, celebrado entre el 1 y el 2 de noviembre, y el Día de la Virgen de Guadalupe.
La fe por la Virgen de Guadalupe surgió en México el 12 de diciembre de 1531, cuando la leyenda dice que esta virgen morena se le apareció al indígena Juan Diego, quien fue canonizado en 2002 por el papa Juan Pablo II, en el Cerro Tepeyac, a cuyos pies se ubica hoy la basílica.