Málaga (España), 25 ene (EFE).- A sus 84 años, la gallega Benedicta Sánchez consiguió hoy el Goya a la mejor actriz revelación por su papel en la película «Lo que arde» de Oliver Laxe.
Junto a Sánchez competían Carmen Arrufat, nominada por «La inocencia», la andaluza Pilar Gómez por «Adiós» y la vasca Ainhoa Santamaría por «Mientras dure la guerra».
El récord de edad en esta categoría lo tiene Antonia Guzmán, que compitió hace tres ediciones con la película de su nieto Daniel Guzmán «A cambio de nada» con 93 años.
En el patio de butacas Sánchez recibió la noticia con cara casi de resignación. Ya en el escenario abrazó el Goya antes de proclamar: «la vida te da sorpresas y esta es una muy grande en mi larga existencia».
Sánchez agradeció el premio a sus padres, a su hija que la llevó al cásting para la película, y a Oliver Laxe y su equipo: «No creo que haya princesa a la que hayan tratado como a mi».
Finalmente dedicó el Goya a Galicia y dijo que también se siente muy «perita», una expresión malagueña.
A su llegada a la alfombra roja, la actriz gallega había bromeado con los periodistas sobre su edad: «Tengo 84 años, aunque digo que 48».
Sonriente y emocionada, Benedicta Sánchez recordó que en su juventud fue fotógrafa y se ha reído cuando los periodistas elogiaron lo guapa que estaba. «¿Será que están viendo bien ustedes?».
Nacida en O Corgo, Lugo (noroeste), en 1935, Benedicta se dedicó durante años a la fotografía, pero hasta «Lo que arde» nunca se había puesto delante de la cámara, adonde llegó por pura casualidad: su hija la llevó a un casting en Navia de Suarna (Lugo), en el que buscaban a una mujer mayor de 60 años para interpretar a la madre de un pirómano que regresaba a vivir con ella tras salir de prisión.