Ahora el rostro de la impunidad en México es Benito, que es el nombre de un personaje de una serie de televisión que lleva varios años al aire y que lanzó a la fama al joven actor Octavio Ocaña, quien falleció en extrañas circunstancias y que ha causado conmoción en el país.
La suya es una historia plagada de inconsistencias y que involucra droga, alcohol, una persecución, un intento de asalto, un choque y, lo peor, una muerte accidental.
Ayer se le dio el último adiós al joven actor que durante su carrera nunca dio motivo de escándalo, pues su desempeño en el programa ‘Vecinos’ fue de lo más blanco, ya que estuvo ahí desde que era niño y hasta ahora que, a los 22 años, tuvo una muerte espantosa.
Ayer mismo se le dio cristiana sepultura en su natal Tabasco, y como pocas veces la gente salió a las calles a darle el último adiós, pero sobre todo a exigir justicia, pues todo apunta a que las cosas no son como lo quieren hacer creer las autoridades capitalinas.
Lo peor del caso es que su agonía fue grabada con un celular y ahora circula por todas las redes sociales, lo que ha levantado indignación entre los mexicanos, pues se observan sus últimos minutos de vida, pero también que la escena del incidente fue burdamente manipulada y hay fotografías que lo prueban.
Para acabar de alimentar el enojo y el desconcierto, la Procuraduría capitalina de hecho dio carpetazo al asunto y declaró que la muerte fue accidental, pues el mismo actor se la habría provocado al dispararse su arma, aunque la familia asegura que todo lo que dicen las autoridades es falso.
Este caso se ha viralizado y se ha hablado de él durante los últimos días porque Octavio fue un hombre muy popular, conocido por la mayoría de los mexicanos, tanto que Benito, su personaje, trascendió al nombre real y todos lo ubican así.
Pero no todos son Benito, cuántas personas han tenido un final igual o parecido y las autoridades no hacen lo necesario para conocer la verdad.
La justicia está en entredicho y las versiones opuestas a la oficial corren, aunque por ser de manera anónima no pueden ser validadas, pero la sociedad tiene memoria. Esta vez se trata de alguien famoso, pero ¿y los demás?
Cierto, hay buenos elementos en las corporaciones, pero aquí todo apunta a un aparente caso de brutalidad policíaca, y no sería la primera vez que sucede en un país en el que las leyes parece que están hechas para proteger a los delincuentes, no a las víctimas.
La verdad de los hechos Benito/Octavio ya se los llevó a la tumba y el resto de los involucrados acallarán sus voces porque la autoridad ya habló: fue un accidente.