Por Erick Cortés.- Junto a otras ciudades texanas, como Laredo, McAllen y Tucson; Houston es una de las ciudades más calurosas de los Estados Unidos. En los días de verano, el termómetro oscila entre los 35 y los 40 grados centígrados.
Es en este lugar donde más de un millón de hogares siguen sin electricidad tras el paso del ciclón Beryl, una situación que se vuelve especialmente peligrosa durante la ola de calor extremo que los residentes tienen que soportar sin aire acondicionado ni ventilación.
A cuatro días del impacto, la comunidad houstoniana pone en duda la capacidad de la ciudad para afrontar ciclones tropicales, lo que ha generado críticas contra la compañía abastecedora de energía eléctrica CenterPoint Energy, quien podría recibir una ola de demandas por las afectaciones que la falta de energía está dejando en la ciudad.
La situación es especialmente crítica en los hospitales, que han tenido que trasladar a los pacientes a albergues para mejorar su condición hasta que vuelva la electricidad.
La mayoría de los afectados se quejan de la pérdida de comida en las neveras, misma que escasea en medio de la emergencia. “Las tiendas están vacías, no hay nada, no hay carne, no hay verduras, no hay nada. Hay mucha gente que no tiene comida, se echó a perder toda porque ya son seis días sin refrigerador”, cuenta Thelma, una inmigrante mexicana residente del condado de Harris.
El riesgo más grande lo enfrentan los adultos mayores y los menores de edad, quienes son más vulnerables a sufrir golpes de calor por las altas temperaturas, lo que podría elevar la cifra de muertos por el ciclón, que hasta el momento ha cobrado ocho víctimas en los estados de Texas y Luisiana.
Jesús, quien también reside en el condado de Harris, comparte su desesperación: “estamos sufriendo a más no poder con esta ola de calor, es algo desesperante e impotente, y lo más frustrante es ver a los niños sufrir con este calor”.
Thelma es una de las afortunadas que cuentan con un generador: “con ese conectamos el refrigerador y un aire acondicionado de ventana, y gracias a Dios no hemos sufrido tanto calor, pero me da lástima ver cómo la gente está sufriendo. Hay gente que tiene personas adultas enfermas que necesitan del oxígeno, de la hemodiálisis, y no hay donde hacérselas ahorita”, cuenta.
La emergencia se da durante la ausencia del gobernador Gegg Abbott, quien se encuentra en un viaje por Asia, por lo que el vicegobernador Dan Patrick ha tenido que enfrentar las críticas, aunque ha culpado al presidente Joe Biden y a otras autoridades demócratas por la falta de respuesta ante la crisis.
“Estamos peor que en México, cuando yo viví en México no era tan fregada la cosa, aquí está triste la situación. Tú ves los mensajes de la gente que dice ‘tengo a mi hijo enfermo de asma y necesito conectarle la maquinita para que respire, pero no hay luz, ¿qué hago?’. Eso te duele”.
Por su parte, el alcalde de Houston, John Whitmire, ha presionado a la compañía eléctrica para que acelere las reparaciones: «No estoy en el negocio de calificar. Estoy en el negocio de decir: ‘Hagámoslo'». Exigimos que lo hagan mejor», dijo.
“Aquí a los gobernantes, a los influyentes que son los que deben de proteger los derechos de uno como residente ya no son igual, ya sólo piensan nada más para ellos mismos, estamos miles sin luz y todavía nos dicen ‘tengan paciencia’, pero ¿quién va a tener paciencia? Es como estar en una guerra, nos sentimos abandonados”, cuenta Thelma.
Desde el azote de la tormenta, casi tres millones de personas se quedaron sin energía en el estado, y aunque el servicio ya se ha restablecido en varios condados, la empresa CenterPoint Energy ha advertido de que al menos 750 mil hogares no volverán a tener electricidad hasta el fin de semana.