La voz del presidente de EE.UU., Joe Biden, sonó más ronca y áspera de lo habitual durante el debate con su rival, el exmandatario republicano Donald Trump, debido a que ha estado luchando contra una gripe en los últimos días, según informó a EFE una fuente familiarizada con la campaña.
Biden había pasado los últimos días en el complejo presidencial de Camp David preparándose para este debate, crucial para demostrar a los votantes que puede desempeñar el trabajo de la Presidencia pese a ser el mandatario de mayor edad en la historia de Estados Unidos, con 81 años.
El presidente pareció tener dificultades con su dicción en varios momentos durante el debate, el primero de cara a las elecciones del 5 de noviembre y que se desarrolla en los estudios de la CNN en Atlanta.
Nada más empezar, Biden carraspeó en varias ocasiones y llegó a toser también repetidamente, una condición que su médico presidencial, Kevin O’Connor, ha explicado previamente que es causada por reflujo ácido.
Según un informe que O’Connor publicó en febrero, Biden experimenta «síntomas ocasionales de reflujo gastroesofágico, principalmente teniendo que aclarar su garganta con más frecuencia».
Estos síntomas, escribió O’Connor, «típicamente se exacerban poco después de las comidas». El presidente toma Pepcid por la mañana y Nexium por la noche para «el control del ácido», según el doctor.
Además, durante el debate, Biden arrastró o repitió sus palabras en varias ocasiones, algo que es efecto del tartamudeo que sufrió de niño y que logró superar con gran disciplina, aunque le ha vuelto en los últimos años en algunas ocasiones.
En una aparición en CNN en febrero de 2020, Biden reconoció que «ocasionalmente» aún sufre de tartamudeo, especialmente cuando está muy cansado.
La actuación de Biden en el debate podría tener repercusiones dentro del Partido Demócrata, según ha indicado a EFE una fuente cercana a la formación.
Según esta fuente, es posible que se produzcan dos reacciones en el seno del partido: por un lado, algunos podrían optar por «hacer la vista gorda y negar la realidad», mientras que otra facción podría «darse cuenta de la situación e intentar solucionar el problema».
En opinión de esa fuente, Biden ha proyectado una imagen de falta de preparación, dejando entrever el peso de los años y mostrando dificultades para comunicar a los votantes los avances que ha vivido el país en los últimos años.