Los Ángeles, 28 feb (EFE).
El presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump, por separado, visitan este jueves la frontera de Texas con México para avanzar sus campañas a la elección de noviembre culpándose mutuamente por no resolver los problemas de la inmigración.
El mandatario estadounidense se reunirá con miembros de la Patrulla Fronteriza y las autoridades y líderes locales en Brownsville, el único puerto marítimo fronterizo con México, que se ha visto agobiado por el aumento de la llegada de migrantes.
Mientras, Trump estará a 500 kilómetros al noreste en Eagle Pass, donde el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, ha instaurado varias medidas que retan el poder federal sobre inmigración.
Ambos líderes enfocarán sus discursos en la necesidad de reformar las leyes migratorias y controlar la masiva llegada de extranjeros por la frontera sur del país.
Trump hará su discurso en un terreno abonado por Abbott, que el año pasado colocó en Eagle Pass una barrera de boyas en el río Grande (río Bravo en México), y en enero pasado tomó control del parque municipal Shelby, evitando que la Patrulla Fronteriza procese a migrantes recién llegados en este lugar. Ambas medidas han sido demandadas por la Administración Biden.
Cerca a esta ciudad de unos 30.000 habitantes y otrora bastión demócrata también se está construyendo una base militar que albergará hasta 1.800 soldados de la Guardia Nacional de ese y otros estados republicanos desplegados para ayudar con la seguridad de la línea divisoria.
Se espera que el expresidente, el favorito para ser el candidato del Partido Republicano en noviembre , culpe a la Administración Biden de los problemas de la frontera por dejarla “abierta” a los inmigrantes y permitir el ingreso de un número récord.
Esta semana, Trump dijo en un mensaje por Truth Social que «la invasión fronteriza está destruyendo nuestro país y matando a nuestros ciudadanos» y prometió nuevamente la «mayor deportación de criminales ilegales en la historia de Estados Unidos» si es reelegido.
Por su parte, Biden, según la Casa Blanca, dirigirá su discurso a la «necesidad urgente» de que el Congreso apruebe un proyecto de ley bipartidista negociado durante meses para fortalecer la frontera y que sufrió un fuerte revés el pasado 7 de febrero, cuando no superó un voto de procedimiento en el Senado.
La propuesta endurece el sistema de asilo y agiliza la deportación de los migrantes que ingresan por la frontera que no puedan sustentar sus solicitudes de protección.
Biden pondrá la responsabilidad del fracaso en manos de los republicanos, que alentados por Trump, decidieron darle la espalda a la propuesta en el Senado y en la Cámara de Representantes.
La Casa Blanca ha calificado la iniciativa como «el conjunto de reformas más duro y justo para asegurar la frontera en décadas». Activistas comunitarios han criticado el proyecto de ley y se espera que mañana se manifiesten contra la política que avanza el demócrata, al que le han recordado que prometió proteger a los inmigrantes en su campaña en 2020.
Las manifestaciones también se darán contra el expresidente Trump. La Coalición Fronteriza de Eagle Pass tiene programada una protesta en la mañana de este jueves contra el expresidente. «No eres bienvenido aquí y lo sabes. No eres un líder sino un perdedor», dijo la organización.
Por su parte, Biden también ha sido objeto de cuestionamientos por parte de la campaña de Trump, que este lunes dijo que el demócrata “nos persigue hasta la frontera”.
El mandatario contestó este lunes que no sabía que «su buen amigo», en referencia a Trump, tenía previsto desplazarse también a la frontera este jueves.
Un sondeo de Gallup revelado este martes encontró que la inmigración se ha convertido en el tema de mayor preocupación de los estadounidenses con un 28 %, y el 55 % dice que «el gran número de inmigrantes que ingresan ilegalmente a Estados Unidos» son una amenaza crítica para los intereses vitales del país.