México, 22 feb (EFE).- El desperdicio de alimentos, las plagas y las enfermedades del campo son problemas que se pueden enfrentar mediante el uso de la biotecnología y la innovación de mejoramiento vegetal, dijo este miércoles el director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Semilleros A.C. (AMSAC), Mario Puente.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), aproximadamente un 30% de los alimentos producidos para el consumo humano en todo el mundo se pierde o desperdicia cada año.
Ese mismo porcentaje apuntó la FAO es el que se registra en las pérdidas de las cosechas en todo el mundo por plagas y enfermedades vegetales.
Para el directivo, la producción de alimentos en México supone varios retos.
«El primero ocurre durante la producción en campo al enfrentar el impacto negativo de las plagas y enfermedades, y el segundo se da cuando los alimentos están a disposición del consumidor» y comienzan su proceso de descomposición, expuso en entrevista con Efe.
Ante este escenario, Puente dijo que la AMSAC trabaja en el desarrollo de innovaciones «que permitan generar semillas que resistan plagas y enfermedades durante el proceso de producción para reducir pérdidas y reducir el uso de productos químicos en la agricultura e incrementar el rendimiento de los alimentos».
Por otra parte, dijo que también trabajan en innovaciones para que los alimentos tengan mayor «vida de anaquel». Es decir, «que no se desperdicien o no se echen a perder tan rápidamente» y como ejemplo puso las innovaciones que están desarrollando para que las papas, los cítricos o las manzana no entren en oxidación «tan rápido».
Puente explicó que desde la creación de las semillas se puede contribuir para reducir impactos negativos en los alimentos, en producción en campo y en la reducción de desecho de alimentos una vez que ya está en el mercado.
Precisó que evitar el proceso de descomposición de un alimento tiene que ver con la «composición genética de los productos, hay genes, o parte de los genes que son los que provocan el deterioro productos» y es ahí donde entra el trabajo de los semilleros, quienes identifican los genes que detonan ese proceso de degradación y ese gen o genes se apagan y el producto tiene mayor vida de anaquel».
La AMSAC está integrada por 73 empresas de semillas, nacionales e internacionales, así como proveedores de servicios para la industria semillera, que producen, investigan y comercializan semillas.
En redes sociales, la asociación dio algunas recomendaciones para reducir el desperdicio de alimentos.
Entre ellos, recomendó a los consumidores hacer una lista de compras para comprar solo lo que se necesita, comprender las fechas de los alimentos y comprar también frutas y verduras «feas» que son rechazadas por su forma o aspecto.
Según la AMSAC, el impacto ambiental de la pérdida y desperdicio de comida genera el 8 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y el volumen de agua utilizado para producir esa cantidad de comida desperdiciada equivale a 3 veces el volumen del Lago Ginebra que es de 89 kilómetros cúbicos, es decir, 267 kilómetros cúbicos.
La asociación recordó que el 30 % de la tierra agrícola del mundo se utiliza para producir alimentos que nunca serán consumidos y que si se usan y distribuyen mejor los alimentos, el 14 % de todas las emisiones provenientes de la agricultura se podrían evitar en 2050.
Según la FAO, en costos económicos, el desperdicio de alimentos a nivel mundial representan 1 billón de dólares, cerca de 700.000 millones de dólares en costos ambientales y alrededor de 900.000 millones de dólares en costos sociales.