CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 26 (EL UNIVERSAL).-
El senador demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez, acusado de corrupción, se va quedando solo, mientras crece la lista de miembros de su partido que le pide dar un paso al costado, ante la gravedad del caso.
Cory Booker, senador por el mismo estado y viejo amigo de Menéndez, dijo en un comunicado que «durante casi una década, he trabajado en el Senado junto al senador Menéndez. Como senador junior de Nueva Jersey, imagino que he tenido más experiencias profesionales con él que la mayoría de los demás, y he sido testigo de su extraordinario trabajo y su ética de trabajo sin límites».
Sin embargo, calificó las acusaciones contra Menéndez como «impactantes», con «detalles específicos y perturbadores de irregularidades».
La naturaleza de las acusaciones es tal, insistió Booker, que «la fe y la confianza de los ciudadanos de Nueva Jersey, así como de aquellos con los que debe trabajar para ser eficaz, se han visto sacudidas hasta la médula». Por ello, consideró que la dimisión de Menéndez «es lo mejor para aquellos a los que el senador Menéndez ha pasado su vida sirviendo».
Con Booker suman ya 13 los senadores demócratas que piden la dimisión de Menéndez, quien este lunes aseguró que no renunciará y aseguró que las investigaciones probarán su inocencia.
Entre los senadores que han llamado a Menéndez a renunciar están: Elizabeth Warren, de Massachusetts; Martin Heinrich, de Nuevo México; Jon Tester, de Montana; Sherrod Brown, de Ohio; Tammy Baldwin, de Wisconsin; Jacky Rosen, de Nevada y Bob Casey, de Pennsylvania. Todos ellos buscan la reelección en 2024. Entre los demócratas se extiende el temor de que la permanencia de Menéndez tenga un impacto en los comicios y los lleve a perder la frágil mayoría que tienen actualmente (51 contra 49).
Warren, una de las senadoras más influyentes, dijo al diario The Bosto Globe que las acusaciones contra Menéndez son «graves» y que es «tiempo de que se vaya del Senado y se concentre en su defensa legal».
Menéndez y su esposa Nadine están acusados de aceptar «cientos de miles de dólares» en sobornos a cambio de utilizar su «poder e influencia» para beneficiar económicamente a un trío de empresarios egipcios de Nueva Jersey.
La fiscalía estadounidense dijo haber encontrado en el domicilio de Menéndez en Nueva Jersey 550 mil dólares en efectivo y lingotes de oro valorados en más de 150 mil dólares, así como un auto de lujo donado por uno de los empresarios.
El senador cubano alegó tener ese dinero en casa por «la historia de mi familia víctima de la confiscación en Cuba». Se trata, aseguró, de dinero que sacó «de su cuenta de ahorro» producto de «30 años de trabajo».
De ser declarado culpable, podría ser sentenciado a 20 años de prisión.