Vaya sorpresa la que nos llevamos ayer con la detención de Jaime Rodríguez Calderón, el famoso “Bronco”, quien fuera gobernador de Nuevo León.
La sorpresa estriba en que es uno más de los se unen a la ya larga cadena de ex-mandatarios que tienen problemas con la justicia y que han tenido que pagar con cárcel las irregularidades realizadas durante su gestión.
De todos los partidos, ex-gobernadores que han ejercido funciones a lo largo y ancho del país de hecho todavía están tras las rejas, los que en su momento fueron escándalos mediáticos porque las autoridades sólo esperaron a que terminaran sus administraciones y su fuero para cobrarles las cuentas pendientes.
Y eso parece que es lo que sucedió con “El Bronco”, un personaje que salió a la luz pública creando polémica, esa que nunca lo dejó ya siendo mandatario y que logró el puesto de elección popular sin ningún partido político que lo respaldara pues siempre ha sido independiente; de hecho, fue candidato a la Presidencia de México mientras gobernaba el Estado de Nuevo León.
El hombre, quien no tiene filtros al expresarse y ni al hacer, ahora está acusado de posible desvío de recursos que utilizó para la recolección de firmas para su campaña electoral para la Presidencia en 2018, hecho conocido como las “broncofirmas”.
Quien se atribuye el mérito de su detención es el sucesor de Rodríguez, Samuel García, quien se dice harto, al igual que la ciudadanía, de que los políticos saqueen a su Estado y se cuelga el mérito de acabar con la corrupción, algo que como un secreto a voces, no ocurrirá.
Por cierto, Jaime Rodríguez Calderón se ganó a la gente en un debate presidencial junto con Andrés Manuel López Obrador, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y José Antonio Meade, cuando propuso “mocharle las manos” a quien cometiera delitos, lo que por supuesto no dejó pasar el colectivo y los memes inundaron las redes.
Veremos si tras las rejas “El Bronco” sigue pensando igual.
Es una lástima que hombres y mujeres que acceden a tan altas posiciones se sirvan de los recursos de sus gobernados, pues piensan que el poder les durará para siempre, no sabiendo, y si lo saben no les importa, que tras dejar el puesto las cuentas se cobrarán, pues así es esto de la política, que es como un sube y baja, a veces están arriba pero muchas veces también están abajo, y si no que lo cuenten varios ex-mandatarios que han perdido su prestigio y lo obtenido ilegalmente, y que están pagando sus culpas tras los barrotes en una prisión.
La justicia por fin llega, dirán algunos, pero si los delitos de Jaime Rodríguez y de los otros mandatarios que también están tras las rejas son comprobables, deberían recibir su castigo, pues no es posible que al amparo del poder hagan trácalas en donde los perjudicados son los ciudadanos, esos mismos que los llevaron a esos honrosos puestos.
Los que deben estar temblando en este momento son los gobernadores que están en funciones, pues saben que terminando su mandato también se les acabará el fuero, esa canonjía que parece que les otorga la impunidad de hacer y deshacer a costa del erario público.