México, 8 nov (EFE).- Ernesto Javier «Calita» tomó la alternativa en 2009. Hasta 2018 no volvió a su plaza, la Plaza México, ni contó para las ferias importantes de este país.
Poco a poco el rumor de su toreo cruzado y con mando llegó hasta los empresarios de las ferias relevantes. Ya es uno de los 10 primeros del escalafón. Este domingo, en la Ciudad de México, se juega el asalto a ser figura mexicana del toreo en un cartel junto a Morante de la Puebla y Joselito Adame.
Pregunta: Ahora que cuenta para todas las ferias importantes de México, la gente del mundo del toro, dice, «sabíamos que iba a pasar».
Respuesta: A pesar de no estar en las plazas importantes había dado varios golpes importantes en Pachuca, Autlán, la Petatera.Sí existía ese rumor porque gente importante del toro me vio en esas plazas. Pero al final de cuentas siempre la Plaza México pesa mucho y la temporada pasada fue la prueba del fuego y la aprobé bien.
P: Si toda esa gente ya lo sabía, ¿por qué durante casi una década no contaban con usted?
R: Es la gran pregunta. Hablaban de lo mucho que les gustaba mi toreo, pero a la hora de confeccionar carteles e incluso tentaderos, no contaban conmigo. Esto era problemático para mí, yo me preguntaba por qué.
P: ¿Cómo han sido estos diez años de ostracismo?
R: A pesar de todo se me han pasado rapidísimo, a pesar de la dureza de torear tan poquito, cada año pasaba algo que me ayudaba a seguir. No es fácil aguantar sin torear, sin tener dinero, aguantar los desplantes, los desprecios.
P:¿Cómo logró sobrevivir?
R: Mi padre fue torero y él apostó por mí, hasta el punto de hacer empresa para que yo pudiera torear. Sin aceptar intercambios que me hubiese hecho torear más. Y no era fácil cuando no tienes ni dinero para ir al cine.
P:Todos esos años en plazas de segunda y tercera, ¿qué aportaron a su toreo?
R: Fíjate, mi padre siempre que organizaba una corrida me echaba ganaderías duras, de las que no quieren ni ver aquí en México. Muchas veces yo me preguntaba por qué tanta dureza pero eso me ha ido curtiendo y dando oficio.
P:¿Qué disfruta más, meter en la muleta a un toro bravo y difícil o realizar pases y pases a uno dócil?
R: Ambas, hay momentos para todo. Platiqué con mi apoderado, no me quiero cerrar a las ganaderías que me han apoyado. Muchos cuando las cosas van mejor se olvidan de este tipo de ganado, pero yo no quiero porque las grandes figuras eran capaces de torear diversos encastes.
P: El domingo torea en Plaza México con Morante y Joselito Adame. ¿Hasta dónde llega su ambición?
R: Quién lo iba a decir, Morante siempre ha sido uno de mis iconos. Pero luego pienso en frío que el maestro saldrá a hacer lo suyo y yo debo salir hacer lo mío. Tengo que ir día a día. Por supuesto pienso en volver a España donde no toreo desde el 2011.
P: Es de los pocos los toreros en México que no aprovechan el viaje del toro, ¿va a cambiar eso?
R: Las figuras han marcado un camino y esa es la tauromaquia que hay que seguir, todas son válidas.
P: ¿Pero va a cambiar su concepto de tauromaquia?
R: No, lo que quiero es mejorar. Me miro en Manzanares padre, en cómo reducía los toros.
P:¿Su día a día con tantos contratos cómo ha cambiado?
R: A más intensidad, el poder superar esa presión te hace la preparación más intensa. Me he puesto en manos de un psicólogo, así que más ansiedad.
P: ¿Por qué hace tantas décadas que un torero mexicano no rompe en España?
R: Es una de las preguntas que nos hacemos. Toreros buenos los hay. Algo pasará, no sé si es falta de ambición. El hombre vive de sueños y mi sueño es estar en las ferias de España.
P: Si este domingo las cosas no van bien, ¿va a poder seguir manteniendo la constancia?
R: Soy consciente que no tener un triunfo este domingo lo puede poner difícil, pero ni lo contemplo. Seguiría trabajando.