México, 16 oct (EFE).- El cartel mexicano H-2 escisión del grupo criminal de los Beltrán Leyva, saltó a la palestra este viernes como la organización supuestamente protegida por el secretario de Defensa del gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), Salvador Cienfuegos, arrestado este jueves en Los Ángeles, EE.UU.
El nombre de la organización fue retomado del mote de su líder Juan Francisco Patrón, precisamente apodado el «H2», abatido el 10 de febrero de 2017 durante una operación de la Marina en la ciudad de Tepic, Nayarit.
«El H2» era el «líder del grupo delictivo de los Beltrán Leyva en Nayarit y Jalisco», además de Sinaloa, en el Pacífico mexicano, es decir, una pieza clave dentro de la citada organización, de acuerdo a la Secretaría de Gobernación de México.
Según la Fiscalía Federal del distrito este de Nueva York, el cártel H-2 era una organización «que habitualmente se dedicaba a la violencia a gran escala, incluida la tortura y el asesinato y que operara con impunidad en México».
«El grupo criminal H-2 es una escisión, una ramificación del grupo criminal de los Beltrán Leyva. Es un cártel que no suele presumir de sus golpes pero se ha ido afianzando en la última década», expuso en entrevista con Efe el experto en seguridad, Pedro Isnardo.
El especialista dijo que la detención de Cienfuegos «deja muy en claro cual es el nivel de vinculación que (el narcotráfico) puede alcanzar no solo el Ejército mexicano sino también de los riesgos de la militarización»,
Isnardo se preguntó acerca de si las instituciones castrenses mexicanas han llegado a este nivel de corrupción «imaginemos como están los gobiernos de los estados y las demás instancias de seguridad pública y nacional».
Según las investigaciones de la Fiscalía estadounidense, la supuesta colaboración de Cienfuegos con el cártel H-2 garantizó que no se lanzaran operaciones militares contra este grupo criminal, pero sí ordenó a las Fuerzas Armadas mexicanas que atacaran organizaciones narcotraficantes rivales.
Para el especialista en seguridad nacional, Javier Oliva, lo que hay preguntarse, es «cómo la DEA interceptó miles de mensajes y si esas intercepciones fueron en territorio mexicano».
«Ahora las autoridades estadounidenses deben demostrar, de manera fehaciente y contundente, lo que hasta ahora son sospechas y también tienen que demostrar que esta investigación no tiene que ver con el proceso electoral en Estados Unidos», añadió el investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Este viernes, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró como «un hecho muy lamentable que un exsecretario de la Defensa sea detenido acusado por vínculos con el narcotráfico».
Para López Obrador, quien asumió el poder en 2018 con la promesa de limpiar la corrupción de los gobiernos anteriores, la detención de Cienfuegos «es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen» que imperaba antes de su Gobierno.
Además, el presidente anunció que todos los miembros del Ejército que estén «involucrados» en los hechos de los que se acuse a Cienfuegos «van a ser suspendidos, retirados y, si es el caso, puestos a disposición de las autoridades competentes».
El mandatario avanzó que la investigación es un asunto «del mismo juzgado de Nueva York» que lleva el juicio de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad del gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) arrestado por nexos con el narcotráfico.
También es la corte que condenó a cadena perpetua a Joaquín «el Chapo» Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa.