Aguascalientes.- Los albañiles no pudieron celebrar el 3 de mayo como sólo ellos saben y como les gusta, pues este Día de la Santa Cruz no hubo mariachis, carnitas, barbacoa y tampoco cerveza ni otras bebidas espirituosas a causa de las medidas ordenadas contra el coronavirus.
Pese a ello, la fecha no pasó desapercibida, porque “al menos sin su arreglo de flores no quedó la cruz que nos protege en nuestro trabajo”, comentaron Ismael y Juan, albañiles con varios años en el oficio.
Los “maistros de la pala y la mezcla”, como se autodenominan, sostienen que aunque muy escaso por los estragos que está provocando el virus chino del coronavirus, pero el “jale gracias a la Santa Cruz no nos falta”; aunque también, ambos coinciden en que ya pasará el trago amargo y entonces vendrá el tiempo para celebrar, porque “afortunadamente nada es para siempre, ni las epidemias”, dicen casi al unísono y confiados en que luego de la tempestad volverá la calma y el trabajo para todos.
Haciendo una breve pausa mientras preparan el “colado” para echar el techo y el firme (piso) a un par de cuartos que construyen en una pequeña vivienda de “La Barranca”, los alarifes dicen que para nada la están pasando bien, porque el trabajo escaseó desde hace más de dos meses con la llegada del coronavirus.
“Las obras se pararon, porque según las autoridades no son actividades esenciales, pero se les olvidó que los albañiles y nuestras familias no comemos si no trabajamos, por lo que para no arriesgarse a ser castigados con las multas, muchos patrones y contratistas mejor optaron por parar la construcción, lo que provocó que muchos ‘maistros’ buscáramos cuando menos algunas liebrecillas para conseguir algo para comer”, comentó uno de los “chalanes” que se animó a contar su situación laboral a causa de la contingencia sanitaria.
“No nos duele tanto que no haya festejo como en otras ocasiones en que en este día especial (Día de la Santa Cruz) el patrón se rifa con unas cervezas, una taquiza especial o hasta con un convivio donde lo que sobra es la música y la comida; lo que más nos preocupa es que esta situación se prolongue por más tiempo y que siga escaseando el trabajo en la obra, porque entonces sí se complicará más nuestra situación económica, y las que la llevarán serán nuestras familias, por lo que ahora más que nunca nos encomendamos a la Santa Cruz para que no nos falte el jale y para que los patrones no se aprovechen de la situación para regatearle a nuestro trabajo”, mencionó a su vez Ismael.
Ahora, dicen, no habrá fiesta por la Santa Cruz, pero tampoco el clásico “san lunes” característico de los trabajadores de la obra, pues “el poco trabajo que hay tenemos que cuidarlo”. “No habrá celebración como en otros años, porque la construcción está parada, pero también porque no están permitidas las reuniones, sin que eso sea motivo para que cuando menos adornemos la cruz de las obras en proceso con su ramito de flores, ese no debe faltar en ninguna obra en proceso”.