Puebla (México), 11 ene (EFE).- La cerámica mexicana de Talavera ha logrado conservar de manera artesanal su proceso centenario de elaboración con un toque de modernidad, aunque fiel a un estilo tradicional perfectamente reconocible.
La pulcritud en la elaboración de los artesanos de Puebla y Tlaxcala y otros estados mexicanos ha facilitado que la Unesco haya nombrado el mes pasado a la cerámica de Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
«El proceso es totalmente artesanal parecido al que se hacía en el siglo IX. Tiene sus raíces en la cerámica china en la que se inspiraron los musulmanes que la llevaron a la Península Ibérica y de allí llegó a México en el siglo XVI», explicó a Efe Angélica Moreno, fundadora del taller de Talavera de la Reyna en Puebla.
De hecho, la Unesco, lo que ha declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad ha sido el proceso de la Talavera, la fabricación artesanal de cerámica de estilo talaverano que incluye a la producida en Puebla y Tlaxcala (México) y la de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo en España.
Tanto en las ciudades mexicanas de Puebla y Tlaxcala como en las localidades españolas de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo los artesanos fabrican con métodos tradicionales objetos de cerámica de estilo talaverano para usos domésticos, decorativos y arquitectónicos.
Aunque las técnicas de la alfarería han evolucionado tanto en México como en España, en particular con la utilización de tornos eléctricos, los procedimientos de fabricación, decoración y esmaltado de este tipo de cerámica siguen siendo artesanales e idénticos a los practicados en el siglo XVI.
Angélica Moreno y su taller Talavera de la Reyna respetan todos los procesos artesanales y todo se fabrica en casa «hasta los pigmentos».
«Tratamos de ser lo más fieles posibles a la tradición. Lo que hemos variado son los diseños, aunque la mayoría están basados en los tradicionales», agrega.
Muchas de las piezas producidas por Talavera de la Reyna son únicas o de escasa tirada ya que todo se produce a la manera tradicional. También los diseños son únicos.
«Hemos invitado a artistas de todo el mundo a diseñar para el taller y tenemos una gran colección», dice Angélica Moreno.
El gran maestro Francisco Toledo de Oaxaca, fallecido el 5 de septiembre de 2019, uno de los más reconocidos artistas plásticos de México, ha sido uno de los principales colaboradores del taller con el diseño y fabricación de piezas como invitado especial.
También han pasado por el taller de Talavera de la Reyna, los artistas Carlos Arias, Vicente Rojo, Sergio Hernández, Juan Soriano, Magali Lara, Betsabee Romero o Luca Bray, entre otros.
Los conocimientos teóricos y prácticos relacionados con la cerámica de Talavera son parte del patrimonio cultural y abarcan desde la preparación de la arcilla, su modelación con un torno o un molde, la ornamentación de la pieza modelada, la preparación de los pigmentos y el esmalte y la cocción en el horno, operaciones todas ellas que exigen una gran destreza.
Algunos alfareros y ceramistas realizan todas las etapas de la fabricación y otros se especializan en algunas tareas específicas.
En su mayoría, los depositarios de los conocimientos relativos a esta fabricación artesanal -incluidos los relativos a la extracción de la materia prima, el procesamiento de los materiales, la decoración y las técnicas de cocción- son maestros alfareros y ceramistas que han adquirido sus competencias con el correr del tiempo y las han transmitido a las jóvenes generaciones.
Cada taller posee una identidad propia que se manifiesta en detalles específicos de los modelados, ornamentaciones, colores y esmaltes de las piezas.
La fabricación artesanal de este tipo peculiar de cerámica es un símbolo de identidad esencial en México y en España.
Este es el caso del taller Talavera de la Reyna de Angélica Moreno, que curiosamente no proviene de una familia relacionada con el sector pero que se quedó prendada de la magia de la cerámica Talavera de Puebla en su juventud.
Su cómoda vida iba por otros derroteros. Empleada administrativa en una empresa decidió dejarlo todo y apostar por algo que le apasionaba.
El artesano Silverio Rojas, hoy uno de sus empleados, fue su maestro cuando Angélica Moreno adquirió un edificio abandonado para comenzar el taller con Silverio a la luz de las velas «porque ni electricidad teníamos».
Angélica aun conserva de muestra el pequeño hornito en el que coció sus primeras piezas a la luz de las velas. Se expone en la sala junto al gran horno que ahora posee el taller donde cada pieza, elaborada artesanalmente, «pasa por once manos antes de llegar a la venta».
Desde el pisado del barro, el moldeado, al primer horneado con leña que lleva 3 días, al horno a 1.100 grados para que saque el brillo propio a cada color mineral natural, aplicado a mano sobre el barro.
Se utilizan solamente seis colores en las piezas de Talavera de la Reyna, todos naturales y elaborados en casa y se aplican como en el siglo IX, con pinceles elaborados con crin de caballo, pelo de mula o pelo de cola de caballo, según su misión, perfilado (fino) o relleno (grueso).
Los colores utilizados en Talavera de la Reyna, elaborados en el taller, son el amarillo conseguido a base de antimonio; azul del cobalto; verde del cobre; rojo de la hematita; negro del óxido férrico y el crema del plomo y estaño.
Varios de ellos cumplen otra función, la ecológica ya que para conseguirlos se reciclan metales descartados, latas de soda y otros restos. Una característica mas para mantener la pureza de la tradición de la cerámica Talavera.