Próximo a cumplir 19 años, el príncipe Christian, hijo de los reyes Federico y Mary de Dinamarca, ha destacado entre los jóvenes royals por mantener una agenda libre de compromisos oficiales. En los últimos meses, el heredero al trono solamente ha hecho acto de presencia durante la coronación de su papá y algún otro evento familiar.
Aunque lo anterior no se había convertido en un motivo de alerta entre los simpatizantes de la familia real danesa, la actitud alegre y «fiestera» que el príncipe Christian ha demostrado durante este verano definitivamente lo puso en la mira de la prensa, generando cuestionamientos sobre su compromiso con el futuro de su país.
Entre las salidas más recientes del nieto de Margarita II de Dinamarca se encuentran su fiesta de graduación, donde fue captado muy alegre bebiendo cerveza o su asistencia al festival AiaSound Festival, donde distintas cámaras lo grabaron bailando, cantando y disfrutando con sus amigos, entre ellos, una misteriosa joven que podría haber robado su corazón.
Pese a que lo anterior resulta una actitud bastante normal en un joven de 18 años, el príncipe Christian no ha podido evitar que en los últimos días se ponga en duda su compromiso, particularmente cuando la princesa Leonor de España y la princesa Elisabeth de Bélgica han demostrado estar enfocadas por completo en su futuro con la corona.
Entre algunos de los señalamientos se encuentra el de Jakob Steen Olsen, un experto en la familia real danesa, quien comenta; «El problema es si se asocia su imagen a la de la fiesta constante. Esto puede suceder muy rápidamente, sobre todo, si solamente se le ve en este contexto, y no en actos oficiales».
Además de sus recientes salidas, el príncipe Christian también fue captado hace unos años mientras era partícipe de una reunión amistosa en la que sobraba champagne, una situación que obligó a la Casa Real a emitir un comunicado para expresar que solamente se trataba de una actitud acorde a su edad.
Por supuesto, la actitud y cuestionamientos en torno al príncipe Christian solamente se suman a la tensa racha mediática que la familia real de Dinamarca ha enfrentado en el último año. Desde el escándalo generado por el encuentro del rey Federico con la socialité Genoveva Casanova hasta la abdicación de Margarita II y la supuesta crisis que enfrentan los reyes en el plano personal, no cabe duda que en estos momentos ser el centro de atención no resulta en la mejor opción para ellos.