«Las fronteras son mi prisión».
LEONARD COHEN
El canciller Marcelo Ebrard anunció este 13 de agosto que se mantendrá el cierre parcial de la frontera entre México y Estados Unidos hasta el 21 de septiembre: «Nosotros ya le dijimos a Estados Unidos que nosotros somos de la idea de que sí se prolongue por lo que tenemos en la franja del lado de ellos. Ellos tienen ahorita un resurgimiento en la parte sur, entonces la frontera no se podría abrir ahorita, y nosotros en algunos Estados vamos más o menos a la baja».
Parecería que México está pidiendo cerrar la frontera para evitar contagios que provienen de «la franja del lado de ellos» porque «tienen ahorita un resurgimiento en la parte sur». La verdad es muy distinta. El cierre, que tiene un costo brutal a ambos lados, ha sido impuesto por Donald Trump porque argumenta que el muro en la frontera «ha tenido un impacto grandioso, positivo», que «era para un propósito diferente, pero funcionó muy bien para lo que estamos haciendo en este momento y para la pandemia».
Así como el muro no ha detenido la pandemia en su supuesto avance de México a Estados Unidos, el cierre parcial no busca tampoco frenar la pandemia del norte al sur. Es una simple prohibición a los mexicanos para cruzar la frontera excepto por razones especiales. No hay ningún freno para los estadounidenses que cruzan de Estados Unidos a México, y que pueden regresar libremente a su país, pero la frontera de la Unión Americana está cerrada para los mexicanos que no pueden demostrar razones de trabajo o alguna urgencia médica.
Algunos mexicanos, sin embargo, sí pueden cruzar. Es el caso del gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, quien fue captado en un video en el Casino Barona de San Diego en la zona de “high rollers”, esto es, la de grandes apostadores. El propio gobernador ha aceptado que cruzó a Estados Unidos para festejar el cumpleaños de su esposa, una actividad no esencial. O el Gobierno de Estados Unidos le dio facilidades para cruzar a pesar del cierre o, más probablemente, sigue teniendo la nacionalidad estadounidense que tuvo siempre y que le impediría hoy legalmente ejercer el cargo de gobernador.
En estos días en Baja California he podido ver a muchos estadounidenses que cruzan a México y regresan a su país. Nadie les pide nada al cruzar a México y al regresar sólo tienen que demostrar su nacionalidad estadounidense. No es el caso de los mexicanos. Estamos viendo un muy particular cierre de frontera, que se aplica sólo a los mexicanos.
México no debe en represalia cerrar la frontera a los estadounidenses. Esto dañaría todavía más la ya muy golpeada economía nacional. Pero o el canciller Ebrard está mintiendo o no sea ha enterado de que el cierre sólo se aplica a los mexicanos que quieren ingresar a Estados Unidos sin razones de trabajo o de urgencia… o que no son gobernadores con doble nacionalidad.
Aunque no limita a los estadounidenses, el cierre parcial está añadiendo incertidumbre a la economía. La pandemia ha disminuido el volumen de ventas de comercios y restaurantes en México que apenas abrieron hace un mes. En Estados Unidos, muchas tiendas que viven de los clientes mexicanos están a punto de quebrar, si no lo han hecho ya.
Los políticos, sin embargo, viven en mundos irreales. Trump pretende que el muro fronterizo ha detenido la pandemia, mientras que Ebrard afirma que México ha cerrado la frontera para impedir que el virus nos llegue desde la Unión Americana. Ninguno está diciendo la verdad.
VENDIMIA
Es tiempo de vendimia, pero sin fiestas de vendimia. El campo no puede parar. En medio de un agosto ardiente se ha iniciado ya en el Valle de Guadalupe la recolecta de las cepas para el vino blanco. Vienen después los tintos. No hay fiestas, pero sí el inicio de una actividad milenaria que se repite en nuestro país.
@SergioSarmiento
Sergio Sarmiento
Nuestra frontera con EU está cerrada para los mexicanos. El alto costo económico empeoraría si tampoco pudieran cruzar los estadounidenses.