Noticias para pasar los festejos patrios: Lozoya desaparece; el mandatario sabe ya que no conseguirá las firmas necesarias para llevar adelante la petición de enjuiciar a sus antecesores, lo que lo deja corto en su intento no por llevarles ante la justicia, sino presentarlos para el linchamiento público, de tal manera que, fracasada su convocatoria a la recogida de firmas, él adelanta que él será quien lleve la propuesta ante el Senado, para que sea la Cámara Alta, subordinada a sus órdenes, la que haga la petición.
Tal vez si esto no nos sumiera a todos en una crisis económica de dimensiones desconocidas en 90 años, ante una ola de violencia que no cesa y ante un escenario donde la marcha cuesta abajo de la sociedad no hará sino acelerarse, podríamos hablar de alguna obra de Valle Inclán, quien pese a todo no tuvo la imaginación suficiente, imposible tenerla, para describir este presente esperpéntico.
Todo ante la perspectiva de que seguramente éste será el año en que las calificadoras, ignorando los otros datos que el presidente dice, o decía, tener, perdamos grado de inversión internacional y veremos cómo conforme pasan los meses se alejará la previsión de un crecimiento de 4.6 del PIB para el 2021, sustentado en la ya quimérica meta de una pérdida del 8.6% en ese indicador para este año, cuando el Banxico, además de varias firmas especializadas, lo ubican en torno a un 12.5 por ciento negativo.
Más malas nuevas se podrían enumerar en este día en que se hablará de la fortaleza de México y los pretendidos logros de la Administración Federal, por ejemplo respecto a esa pandemia que ‘no nos ha tratado del todo mal’, o la nueva embestida presidencial contra la prensa libre, aunque el tema de hoy será la farsa de la rifa del avión presidencial, que terminó siendo un fracaso, como se reconoció ayer mismo pues la venta de menos del 70 por ciento de los ‘cachitos’, apenas dejará al Gobierno Federal recursos para pagar los premios, si no nos salen con alguna sorpresa que tampoco sería tan sorprendente.
Sobra decir que el avión, que aparece de manera tramposa en los billetes de la Lotería Nacional, no será rifado y a dos años de la llegada del mandatario al poder no hay ni la pretendida venta, ni ninguna noticia, aunque de vez en vez se nos asegura que ya existen compradores, mientras que el aparato envejece y se lleva buena tajada del erario para su resguardo y mantenimiento, en una muestra de cómo es cierto que los hay que por cuidar los centavos acaban perdiendo los pesos, los miles y los millones.
Y hablando del sorteo y del erario, apenas el viernes pasado estuvo aquí el director del INSABI regalando cachitos a diestra y siniestra, como se ha realizado en todo el territorio nacional, lo que demuestra que el sorteo no resultó atractivo, ni que se hizo válido el compromiso de aquellos empresarios que fueron invitados a desayunar a Palacio Nacional para ser obligados, ‘voluntariamente’, a adquirir cientos de miles de los más de cinco millones de números.
Habría que saber cuánto de los recursos públicos que tanto nos faltan, en estos tiempos de austeridad franciscana, se dedicaron a organizar este circo, o a adquirir esos boletos que se están obsequiando a la menor provocación, aunque podemos adelantar dos cosas, la primera es que las autoridades evadirán de cualquier manera su obligación legal de informárnoslo y que mañana se hablará del rotundo éxito de esta iniciativa.