México, 4 nov (EFE).- Tal como en las series y películas de Hollywood, en 2020 la Ciudad de México podría tener como herramienta un banco de ADN que ayude a identificar, con solo una muestra de saliva o un cabello, a agresores sexuales, especialmente cuando reincidan.
En entrevista este lunes con Efe, Néstor Vargas, asesor de Programas y Proyectos Estratégicos del Gobierno de Ciudad de México, detalló que el objetivo es perseguir delitos como abuso sexual, estupro y secuestros.
«Se trata de aplicar la ciencia y usarla como herramienta para capturar criminales, como ya se aplica en otros países como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Uruguay y Chile», manifestó el funcionario.
En septiembre pasado, el Gobierno de la capital presentó al Congreso local una iniciativa de ley para crear este banco, el cual podría ser aprobado a finales de este año y comenzaría a funcionar en enero de 2020.
De aprobarse el proyecto, el banco empezará a recopilar muestras de ADN y se espera que para 2020 se tengan al menos unos 100.000 perfiles genéticos de personas imputadas, procesadas y sentenciadas por delitos como feminicidio, violación, estupro y secuestro, quienes en muchas ocasiones reinciden en el ilícito.
Pero este banco también contará con perfiles de policías y funcionarios públicos que estén vinculados a temas de seguridad, así como de guardias de seguridad privada, lo cual abrirá el abanico de posibilidades para encontrar a los culpables de un delito.
Un perfil genético es un patrón de fragmentos cortos de ADN ordenados de acuerdo a su tamaño que son característicos de cada individuo.
Dicho patrón es fácilmente convertible en un sencillo código numérico muy fácil de almacenar y comparar con un alto poder de discriminación que ayuda a determinar, en este tipo de delitos, si una persona tuvo participación en ellos o no.
Los datos, explicó Vargas, serán almacenados en cinco bases de datos. Una de ellas tendrá huellas, evidencias e indicios que sean encontrados en el lugar del crimen, para así tener información genética de quienes participan en el delito.
Otra estará integrada por los perfiles de personas que estén sentenciadas por feminicidio, secuestro, violación y estupro.
La tercera tendrá información genética de todas las víctimas y familiares que, de manera voluntaria, aporten material genético.
Una más se creará con base en la información de casi 80.000 policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana y funcionarios de la Procuraduría General de Justicia (fiscalía) y otras dependencias, así como del sistema penitenciario.
La última tendría información de todos los guardias de seguridad de empresas privadas.
Para proteger la información y datos personales, la ley establecerá que los perfiles no estén rotulados con nombres sino con códigos QR o de barras y solo podrán ser abiertos a petición de un juez.
Además, se prevé que estas muestras queden al resguardo de instituciones independientes a la Procuraduría General de Justicia de la ciudad, como la Universidad Nacional Autónoma de México o el Instituto Nacional de Medicina Genómica.
De acuerdo con el más reciente informe del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), en el primer trimestre de 2019 las agresiones sexuales contra mujeres en Ciudad de México se incrementaron en 2,56 % respecto al mismo periodo de 2018.
De ser aprobada esta ley, la Ciudad de México se convertirá en una de las pocas ciudades en el mundo que hacen uso de este tipo de instrumentos científicos tan sofisticados.
Sin embargo, las autoridades están conscientes de que los candidatos a ser sometidos a muestreo podrían ampararse con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para evitar dar su muestra, y es por ello que se busca que sea lo menos invasiva posible.
«Una muestra de saliva sería suficiente para conseguir el perfil», manifestó Vargas.
Finalmente, dijo que aunque no saben de cuánto será la inversión, la propuesta es que las muestras que se tomen no se almacenen, sino que solo se obtenga el perfil genético, lo cual puede costar unos 1.000 dólares por muestra.