Con su imborrable sonrisa y amabilidad, Claudio González Muñoz se define como un ciudadano con una serie de experiencias de vida que ahora le permiten gozar y valorar lo que tiene, que se siente con dicha y abundancia. Agradecido con todo lo vivido.
Para platicarnos sobre parte de esas experiencias, la cita con HIDROCÁLIDO fue en su oficina de la Secretaría de Servicios Públicos que la caracteriza su gran pecera en la que él deposita la admiración por los peces.
¿Te ha dolido la vida, Claudio?
No, a mis 58 años he tenido vivencias muy buenas, y en alguna época de mi vida muy difíciles, pero me han ayudado a tener la fortaleza para transitar por esta nueva etapa que estoy viviendo, en lo personal, familiar y profesional.
Tu amabilidad es característica, pero ¿hay algo que te haya marcado, que te haya hecho cambiar o endurecer tu carácter?
Claro, en cuanto al Claudio González de ahora al de hace unos 23 años, cuando llegué por primera vez a la Secretaría de Servicios Públicos, nada qué ver. En aquel entonces tenía otra visión, otro tipo de valores, otro tipo de creencias.
Ahora mis creencias son las que han cambiado muchísimo, ahora creo que todo es para hacer el bien, que no hay enemigos en la vida y que si los hay y no los pelas pues dejan de existir; antes siempre buscaba dónde había enemigos para hacer de la vida un drama, ahora yo vivo en armonía.
¿Eres así de bonachón como la imagen que se tiene de ti?
Valoro lo que se piensa de mí y el concepto en que me tienen, pero he de decir que nadie puede llevar una máscara de manera permanente.
Mi filosofía de vida esa sí no ha cambiado y no cambiará. Creo que todos somos iguales, yo puedo sentarme ante un gobernador o un barrendero, un empresario o un colaborador y siempre he visto seres humanos con los que se puede caminar, a nadie veo como superior o inferior por eso siempre hay empatía.
Antes de la entrevista platiqué con algunos trabajadores de distintas áreas de Servicios Públicos y te estiman, al menos eso muestran, ¿cómo ves eso?
Sonríe-, lo que saben todos aquí es que no me gusta generar falsas expectativas ni a los jefes ni a los colaboradores.
No me gusta decir que sí a todo porque siempre hay limitantes, ni a los colaboradores de la Secretaría les doy falsas expectativas de aumento de sueldos, cambio de puestos, porque muchas veces no está en mí hacerlo. Me gusta hablar con la verdad aunque no sea lo que se quiere escuchar y a mis jefes, cuando me piden un proyecto claramente les digo si se puede o no realizar. Prefiero tener un disgusto o una diferencia de opinión a decir que sí y luego generar un proyecto mal hecho.
¿En 1996 fue tu primera incursión en el servicio público?
Así es, antes de eso tuve el gusanito de estar en el servicio público, siempre me desempeñé en la Iniciativa Privada, en ese entonces tenía 14 años que había egresado de mi carrera, ocupaba puestos financieros y como en aquel entonces estaba con Alfredo Reyes, Ulises Ruiz y Manuel Reed con los que fui compañeros de estudios en el Tec de Monterrey, me invitaron a coparticipar en el proyecto, entonces vi la oportunidad de quitarme el gusanito de estar en el servicio público, me gustó y veo que el servicio público bien encaminado, es una cosa bien padre.
¿Ha cambiado tu visión del servicio público de hace 23 años a esta nueva etapa?
Para nada, es la misma. Nunca entenderé a aquellos que le entran el servicio público para servirse para beneficio personal. Ahora yo disfruto mucho este trabajo porque a estas alturas ya no tengo necesidad económica ni necesidad de reconocimiento, es la necesidad de hacer cosas diferentes como me he caracterizado y que ha sido mi sello.
¿Cuál será tu mejor logro como servidor púbico?
Respira, su mirada brilla y sus ojos se inundan de agua, luego viene una sonrisa mordiéndose los labios-
Tengo muchos, pero ahora me llena de satisfacción lo que estamos haciendo con el programa de reforestación y la oportunidad de cumplir con mi sueño de crear ese bosque urbano, primero en el país por sus características, pues estará sobre lo que fue un tiradero de basura. En algún momento, presenté el proyecto como EX–ATEC y se me negó, pero ahora como Secretario de Servicios Públicos lo volví a presentar y me fue autorizado y ahí vamos, eso me da mucha ilusión pues en unos años más, con los cuidados debidos, será una zona arbolada.
A la gente de Cumbres, hace 20 años la saqué del peligro de vivir en una zona contaminada y dentro de poco tendrán un bello lugar de esparcimiento, un pulmón natural.
¿Eres soñador?
Sí, sueño mucho y seguiré soñando, siempre he buscado hacer las cosas sin limitaciones. En algún momento soñé con regresar a Servicios Públicos para cumplir mi sueño de crear ese bosque del que hablo y que se ha iniciado en Cumbres y que lo traigo desde hace como 10 años y ahora, al ver la cara de la gente de Cumbres me causa mucha emoción.
¿Alguna experiencia de vida que haya dejado huella?
Claro, en mi vida personal, profesional y en el servicio público ha habido cosas que han sido un parteaguas y que en su momento han generado un cambio de visión o de rompimiento de paradigmas que me detenían para seguir viviendo de manera armónica.
En lo personal, sin duda la separación de mi familia, el divorcio fue muy complicado sobre todo porque al ser yo una figura pública, siempre hubo quién quiso hacer daño de más. Por fortuna ahora hay paz y tengo una unidad, una cercanía muy hermosa con mis hijos y con mis nietos, tanto que ellos son los que ahora se hacen cargo del negocio mientras yo estoy en el servicio público.
Como servidor público, me dolió en su momento alejarme por cuestiones de salud, en 2010, saliendo del Gobierno de Luis Armando, cuando fui Contralor, estuve a punto de infartarme, algo me iba a pasar, y es que viví una etapa emocional muy difícil y de ahí, con el apoyo de 'Pepe Toño' mi hermano, es que aprendí a vivir en armonía, esta parte de mi vida que ya te conté, en la que todos somos Dios, que todos somos iguales.
Son cosas que nadie entendemos hasta que nos toca reflexionar y despertar de ese letargo. Ese 10 de noviembre de 2010 fue un parteaguas para mí, empecé realmente a vivir.
Así es como vive Claudio González Muñoz, actual Secretario de Servicios Públicos del Municipio de Aguascalientes, quien reitera que lo vivido le ha permitido tener la fortaleza para hacerle frente a la vida y ver que su actual trabajo es lo que realmente soñó, para lo que sus hijos han sido los que lo impulsaron a volver al servicio público, mientras ellos se hacen cargo del negocio de consultoría empresarial que siempre ha tenido. “He tenido pruebas ya superadas, ahora sé que la felicidad está en mí”, concluyó.