Aguascalientes.- En las funerarias se están pasando de vivos con los familiares de los difuntos, pues incurriendo en engaños están cobrando hasta 40 mil pesos o más por servicio, ofreciendo a cambio el permitirles ver “por un tiempo razonable” a la persona fallecida por Covid y por sepultar su cuerpo.
Ante HIDROCÁLIDO se expuso el caso de un servicio prestado por una funeraria ubicada sobre la calle Galeana (presuntamente Arriaga), donde se aseguró que los empleados encargados de recoger los cuerpos ofrecieron y se pusieron de acuerdo con una familia, supuestamente para permitirles ver el cuerpo por última vez y despedirse del mismo en el sótano de la funeraria, lo que hizo que se encareciera el costo del servicio, luego de señalar que se haría pese a las restricciones impuestas por las autoridades de Salud.
“Se pagó mucho porque se permitiera ver el cuerpo de la persona fallecida y resulta que únicamente se le dio acceso a dos grupos de cinco personas por cinco minutos, cuando el acuerdo había sido que se permitiría ver y velar el cuerpo por cuatro horas”, señalaron los denunciantes.
Se explicó que con tal de que los parientes pudieran ver por última vez al familiar fallecido, aceptaron la propuesta que les hicieron los empleados de la funeraria a cambio de un pago extra; “a final de cuentas se pagaron casi 40 mil pesos y sólo se tuvo acceso por 10 minutos al área de descanso de los cuerpos para poder ver a la persona fallecida”.
Los familiares de la persona fallecida a final de cuentas tuvieron que pagar 40 mil pesos por el servicio, más del doble de lo que cuesta el servicio normal, pues los trabajadores de la funeraria pidieron más dinero y ofrecieron a cambio permitirles ver en el sótano al difunto para poderse despedir del mismo, aún y cuando se trataba de un caso en el que por disposición oficial el cuerpo tendría que ser incinerado o bien sepultado de manera casi inmediata.
Este caso, según la denuncia, correspondió al de una persona que falleció en el Hospital 2 del Seguro Social, cuyo cuerpo fue recogido por los empleados de la funeraria de Galeana, quienes se “pusieron vivos” al solicitar un pago adicional por supuestamente permitirle ver a los familiares el cuerpo del difunto.