La higiene no es el fuerte de los establecimientos dedicados a la elaboración y venta de todo tipo de alimentos, pues la mayoría de los negocios del ramo (más del 50%) tienen problemas serios de fauna nociva e incluso de otro tipo de plagas, lo que demerita mucho la calidad e inocuidad misma de los diferentes platillos y con ello se expone la salud de las personas que suelen comer fuera de casa.
Este problema se da lo mismo en establecimientos formales como restaurantes y cocinas económicas, como en las fondas, las taquerías y no se diga en los locales de los mercados con venta de cualquier tipo de comida, donde los caldos, sopas, ensaladas, carnes, cocteles y hasta algunas bebidas y postres llegan a ir acompañados de bichos como los tecuejos, las patas de cucaracha, las moscas y otros insectos que rondan y se reproducen con facilidad en los negocios dedicados a la venta de alimentos.
“Cuando menos de un 30 a un 50% de los negocios dedicados a la comida tienen problemas con la fauna nociva, incluyendo los roedores, por lo que tenemos que estar constantemente sobre ellos para que lleven un estricto control de las plagas”, mencionó el director de Regulación Sanitaria, Octavio Jiménez Macías, tras sostener que este es un serio problema que impacta no sólo en la calidad de los alimentos sino también en la salud de la gente por enfermedades que van desde las infecciones intestinales, las diarreas, tifoidea y hasta la salmonelosis o de otro tipo, relacionadas con la contaminación o la mala calidad de los productos alimenticios.
Boca y estómago de la licuadora
Sobre todo en las cocinas económicas, taquerías, loncherías, marisquerías y en las mismas pizzerías, suele ser hasta cierto punto común que, en el caso de las primeras, se sirva la sopa con la clásica mosca, el tecuejo o que bien se vea caminar sobre el piso e incluso en las paredes y mesas las detestables cucarachas y, en el peor de los casos, que se observe la presencia de los roedores que suelen darse sus banquetes en la cocina y almacenes de esos establecimientos comerciales, aprovechando la falta de cultura que prevalece entre los dueños de esos negocios para atender un control puntual de las plagas.
Definitivamente, hay que tener boca y estómago de licuadora para comer y procesar todo lo que contienen los alimentos que se consumen fuera de casa, debido a que está claro que la higiene no es el fuerte de muchos de los establecimientos de los diversos giros dedicados a la venta de alimentos, puesto que, a decir de las mismas autoridades sanitarias y de los propios consumidores, son contados los negocios del ramo que cumplen con las normas sanitarias.
Más preocupante resulta aún el saber que son muy contados los restaurantes, pizzerías, pollerías, cenadurías, fondas, cocinas económicas y otros negocios del ramo, los que cumplen con la sanitización de sus cocinas, de los utensilios y equipos que utilizan para la preparación de los diferentes platillos o alimentos, siendo esto lo que provoca que ante cualquier descuido aparezca y se reproduzca la fauna nociva en esos establecimientos.
No se sabe lo que en realidad se come fuera de casa
De acuerdo a una investigación de campo que incluyó el sondeo con autoridades sanitarias, dueños de negocios gastronómicos y de gente que suele acudir a restaurantes, cocinas económicas, taquerías, puestos de alimentos en los mercados, marisquerías, tortillerías y otros, la inocuidad no es el fuerte de los diferentes tipos de alimentos que se consumen en ese tipo de establecimientos y menos aún en los clásicos carritos con venta de tacos, tortas, etc., que cada vez se ven más en la vía pública, pues la realidad es que “no se sabe bien cómo es que preparan las comidas, los guisados y, por lo tanto, lo que estos pueden contener”.
En las fondas o cocinas económicas, pero de igual manera en los restaurantes o en las tortillerías mismas, está desde la clásica mosca en los alimentos, sobre todo en las sopas o entre la masa, así como las ensaladas con algunos bichos y otro tipo de platillos con algún ingrediente extra que no se cobra y que es una amenaza seria a la salud de las personas.
Pero no sólo son los alimentos procesados y que se presentan como platillos suculentos o incluso como cortes finos o especiales, sino también las salsas y aderezos especiales que llegan a presentar desde algún bicho, como las peligrosas heces tanto de animales como de humanos, puesto que igual el tema de la higiene en la preparación de los alimentos deja mucho que desear en algunos casos, los cuales por desgracia y a decir de las mismas autoridades sanitarias, no resultan ser los menos.
Frente a este delicado problema, lo mejor es comer en casa y si por necesidad o por gusto se quiere hacerlo fuera en algún restaurante, cocina económica o en el mercado, lo mejor es cerciorarse primero de la calidad de los mismos para no terminar con una sorpresa desagradable y con una infección estomacal de aquellas.