En muchos ámbitos de nuestra vida es posible de hablar de bienes. En general, y de manera filosófica, el bien es aquello que desean las personas y está claro que no todas las personas desean lo mismo.
En economía el concepto de bienes se refiere a todos los elementos físicos que pueden satisfacer necesidades humanas. Así, como puede verse, al ser las necesidades humanas muy diferentes, existirán diferentes tipos de bienes que pueden ser ordenados, a la vez que también pueden ser valorados en términos monetarios, es decir, que son elementos tangibles que suelen poder ser adquirido en los mercados a cambio de una contraprestación.
Primera tipología: económica
La primera distinción que debemos hacer entre este concepto, es el de los denominados bienes económicos o bienes escasos, que son aquellos a los que no todo el mundo puede acceder, dada su limitación. Precisamente por este último motivo, estos bienes se pueden adquirir pagando un precio en el mercado.
Por oposición a estos bienes económicos, encontramos aquellos bienes que no son escasos y que son denominados bienes libres, que son aquellos a los que las personas pueden acceder sin restricciones, teniendo que pagar un precio. Para entender correctamente uno y otro concepto, basta con poner un simple ejemplo: en el primer caso, el petróleo sería un bien económico y, en el segundo, el aire que respiramos podría ser un bien libre.
Bienes según su funcionalidad
En esta tipología de bienes, distinguimos tres tipos: los bienes de consumo, los intermedios y los bienes de inversión. En el primer caso, son bienes directamente relacionados con una necesidad y pueden ser durables (por ejemplo, la vivienda) o no perdurables, como por ejemplo la comida.
Los bienes intermedios son los que permiten, mediante una transformación, conseguir otros bienes de consumo o ser capitalizados. Por ejemplo, la compra de madera para elaborar un mueble en una fábrica que será vendido para hacer negocio.
Finalmente, los bienes de capital son aquellos que son producidos por el hombre para la producción de otros bienes. También son denominados bienes de producción o de equipo. Así, para una empresa, pueden ser edificios, maquinaria, herramientas, mobiliario, material informático o vehículos que se han adquirido para que el funcionamiento de la empresa permita obtener ganancias.
Según su grado de transformación
Como puede verse de la anterior tipología, podemos también establecer una diferenciación de los bienes según su grado de transformación, clasificándolos entre bienes intermedios o materias primas y bienes finales.
Así, el primer tipo de bienes, los intermedios o materias primas son aquéllos que se utilizan para producir otro tipo de bienes. Esto quiere decir que su vida no está acabada en el ciclo productivo. Siguiendo con el ejemplo de la madera, sería la empresa que tala árboles y los convierte en madera que, finalmente puede utilizarse para producir muebles o cabañas.
Los bienes finales son los que ya está preparados para el consumo, por ejemplo, esos muebles o esa casa de madera.
Según su facilidad de acceso
También existe la diferenciación según sea el acceso de las personas a esos bienes. En este punto hay que distinguir entre los bienes públicos, los privados y los de propiedad privada. Los bienes públicos son los más accesibles porque forman parte de la sociedad. Bibliotecas, colegios y otras instituciones y productos públicos formarían parte de esta tipología de bien.
Por otro lado, tenemos los bienes privados, que sólo pueden ser uilizados por su legítimo propietario, este sería el caso de una casa o de un auto que es comprado por una persona o familia para su uso y disfrute.
Finalmente, existen los bienes de propiedad privada, aquéllos que son propiedad de unos dueños particulares, pero que se destinan a ser utilizados por el público en general, normalmente a cambio de unos precios: por ejemplo, utilizar una habitación en un hotel para unas vacaciones.
Según la renta o acceso
Por último, cabe diferenciar entre los bienes a los que se puede acceder según la renta, es decir lo que las personas tienen para adquirir esos bienes, que pueden ser normales o inferiores.
Los bienes normales son los que aumentan en la medida que aumenta las rentas de las personas, por ejemplo tener uno o varios pares de zapatos. Pueden ser de lujo o superiores, en los que la demanda aumenta más rápidamente que lo hace la renta de los consumidores; o bien bienes de primera necesidad, cuyo crecimiento es más lento que la renta de los consumidores.
Finalmente, encontramos los bienes inferiores, que disminuyen cuando la renta aumenta. Esto quiere decir que los consumidores, al tener más renta, prefieren adquirir productos de mayor calidad. Sería la diferencia entre comprar un automóvil de segunda mano cuando los ingresos son pequeños o comprarse un auto nuevo por tener una mayor renta que permite llevar a cabo esta compra de manera holgada.