El slogan lo dice todo: llegó la semana más barata del año, pero cuidado, pues recuerde que no todo lo que brilla es oro.
Ya lo alertaba la Procuraduría Federal del Consumidor en ediciones anteriores, hay negocios que presentan ofertas engañosas, pues suben los precios la víspera, en el Buen Fin los ‘rebajan’ y todos quedan contentos, pues el cliente aprovechó los precios ‘bajos’ y el comerciante se hincha los bolsillos.
Obviamente, hay comerciantes honestos, que buscan ya no llenarse las manos de dinero extra, sino de sacar inventarios para renovar los productos que se ofertarán en esta ya cercana temporada navideña.
Pero ahora también los clientes son exigentes, saben lo que quieren y dónde encontrarlo; además, otro punto importante es que hay tanta oferta de productos, ya sea en negocios establecidos, en redes sociales y hasta en la informalidad, que sobra dónde escoger.
Lo que históricamente se vende más en esta promoción son los aparatos electrónicos, pues durante varios años estos se han colocado en la preferencia de la mayoría de los mexicanos, seguidos de sofisticados aparatos telefónicos y, de hecho, todo lo que se pueda imaginar y que está al alcance de la mano con dinero, por supuesto, o de las tarjetas de crédito.
Muchos paterfamilias aprovecharán las promociones para los regalitos de la temporada, pero muchos otros comprarán sobre todo ropa abrigadora, pues se prevé que este sea un invierno particularmente crudo.
Y es aquí donde se recomienda tener calma, pues tener una o varias tarjetas de crédito no es tener dinero, sino que son préstamos que se tienen que liquidar en tiempo y forma, para que los intereses no se coman a la gente y después venga el crujir de dedos.
Por eso siempre se ha pugnado por que las personas tengan nociones de educación financiera, que sepa hacer cuentas, que aprendan a utilizar las tarjetas, no a sobregirarlas y la regla de oro: no gastar lo que no se tiene.
Ya lo decía un creativo comercial: vista como debe, aunque deba lo que vista, lo que no necesariamente debe ser aplicado, pero si adquirimos compromisos hay que cumplirlos, pues así se evitarían muchos malos momentos para ambas partes, para el comerciante pero también para el cliente.
Cierto, tras un prolongado confinamiento, la gente está ávida de salir, de comprar, pues hay buenos signos: la economía se está estabilizando, la tercera ola Covid va de salida, pero no es momento de bajar la guardia, al contrario, hay que reforzar todos los aspectos.
Y aunque la tentación es mucha, vale la pena conservar la calma, el ánimo frío y pensar cómo aprovechar esta semana, la de más ofertas del año, porque recuerde que lo barato a veces sale caro.