El Presidente de México reaccionó, con justa razón, cuando se volcaron las críticas y burlas para su hijo menor, Jesús Ernesto, por su evidente sobrepeso, porque dice y lo dijo claro, el problema es con él, no con su familia.
Incluso se atrevió a más y por defender a su hijo mencionó que hasta en las mafias hay un código inviolable: con la familia no, algo que a últimas fechas no se respeta en México, y sí, los primeros en violar esa ley son los criminales.
A últimas fechas los malosos no se tocan el corazón y en un intento de provocar el terror entre la población se meten con todos, sin importar si son niños, adolescentes, o senectos, hombres y mujeres, pues el miedo psicológico es el más grande y vaya que lo logran, pero esa es otra historia que ya hemos tocado no una, sino varias veces.
Y aunque en este asunto no fueron los delincuentes los que se metieron con el adolescente, el involucrar al hijo del mandatario es un exceso por varias razones, porque nadie debería meterse con el físico de una persona, porque lo están exponiendo y ridiculizando, y a sus detractores se les olvida algo de suma importancia: es un menor de edad.
Todos los hijos del Presidente, no nada más el menor, están en el ojo público por la actividad de su padre, incluso, hace unos meses, cuando estalló el escándalo de la mega residencia que tiene en Estados Unidos el hijo mayor del mandatario, López Obrador lo defendió discretamente, pero sin perder la perspectiva de que es un hombre adulto que tiene que pagar las consecuencias de sus actos, sean cuestionables o no.
Pero López Obrador no es el único, pues eso ha pasado con absolutamente todos los que han estado en la silla presidencial, a los que les sacan a relucir los trapos sucios, pero no sólo del mandatario en turno, sino de su familia y su círculo cercano.
Apenas se medio estaba olvidando el asunto de la “Casa Gris” cuando sucede lo de la foto del hijo menor, que no se puede defender por sí mismo, pero sí su padre, pues dejando de lado que es el Presidente, tiene toda la autoridad moral para responder por él, cosa que hizo incluso molesto y no faltaron las muestras de apoyo de personajes de todos los sectores, pues lo que se hizo no está bien.
Pero es evidente que al Presidente lo van a atacar donde más le duele, su prole, aunque también se le está olvidando un pequeño detalle: él se ha metido con la familia de sus detractores. Y así se lo recordó el hijo del ex-mandatario Felipe Calderón, quien por supuesto defendió al menor, pero también le recordó que a él lo exhibió en una de sus cotidianas mañaneras, y lo menos que le dijo fue cínico e hipócrita, y de paso le recordó que también ha afectado a los miles de niños con cáncer al quitarles el beneficio del medicamento. Eso sí es una falta de respeto.
Entonces, lo que pide el Presidente es lo mismo que él debe otorgar, porque no hay que olvidar que el que se lleva se aguanta.