Naciones Unidas, 30 ago (EFEUSA).- La tercera ronda de negociaciones para redactar un ambicioso tratado internacional que proteja la biodiversidad de los océanos concluye este viernes en Naciones Unidas, entre críticas de ONG que piden más ambición por parte de todos los países.
Desde el pasado 19 de agosto, los 193 Estados se reunieron en la sede de la ONU para trabajar sobre un borrador presentado por la presidenta de las conferencias, la diplomática Rena Lee de Singapur, y que debería estar concluido en el primer semestre de 2020.
En su conferencia inaugural Lee insistió en la necesidad de «cambiar la situación» para «proteger la biodiversidad global», y llamó a los Estados miembros a «elaborar este instrumento lo más pronto posible».
Artículo por artículo, los delegados de los distintos países han estado presentando propuestas para intentar avanzar hacia una redacción que complazca a todos sin dejar de perder efectividad, un equilibrio que, asociaciones como Greenpeace, temen que no se alcance si los líderes mundiales no muestran más ambición.
Para esta asociación no existe «un compromiso serio de la mayoría de países para proteger los océanos».
La ONG, que ha insistido en la necesidad de proteger de la actividad humana al menos un 30 % de los océanos y los mares para 2030, ha acusado a Rusia, Islandia y Corea de «esforzarse para retrasar la negociaciones».
Asimismo, ha indicado que otros países como España no han «mostrado un apoyo decidido».
Este borrador, que fue presentado a estas reuniones tras dos primeras sesiones celebradas en septiembre de 2018 y marzo de este año, se articula en cuatro ejes.
El primero, la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina, incluidas las cuestiones relativas a la participación en los beneficios de su explotación; seguido de los mecanismos para gestionar estas zonas (especialmente las protegidas); la evaluación del impacto ambiental y la creación de capacidades y la transferencia de tecnología marina.
Para Greenpeace aunque muchos países de África, el Pacífico, América Latina y Europa han manifestado su apoyo a un «tratado fuerte», hay otros que no.
«El Tratado de los Océanos debe permitir explícitamente la creación de áreas protegidas internacionalmente. Sin embargo, algunos Gobiernos, como Estados Unidos, Noruega, Australia, Japón, Canadá, Nueva Zelanda y Ecuador, parecen estar a favor de un tratado diluido que no ofrecería la red de santuarios oceánicos que la ciencia demanda para que la protección sea efectiva», denunció esta ONG en un comunicado.
Para la doctora Sandra Schoettner, de la campaña de Océanos de Greenpeace, «la falta de voluntad política en estas negociaciones es alarmante, ya que algunos países claramente todavía favorecen la explotación de los recursos marinos sobre su protección».
«Es muy decepcionante ver que el ritmo y la ambición presentes en esta reunión no coinciden con el nivel de urgencia necesario para salvar nuestros océanos y proteger nuestro planeta contra la emergencia climática y la pérdida masiva de biodiversidad que afrontamos», concluyó Schoettner.
La clausura del evento coincidió con una protesta frente a Naciones Unidas de varios cientos de activistas adolescentes que instaron a los líderes mundiales a tomar acciones para solucionar la crisis climática.
La protesta, enmarcada en la campaña «Los Viernes para el Futuro», convocó a un gran número de personas gracias a la presencia de la activista sueca de 16 años Greta Thunberg, que ha inspirado a miles de niños en todo el mundo para luchar contra la crisis climática.