CIUDAD DE MÉXICO, junio 10 (EL UNIVERSAL).- Laura Bozzo alarmó a sus seguidores tras aparecer en sus redes con golpes en el rostro y con un mensaje en el que confiesa que no se encuentra en su mejor momento, y que a pesar de ser una mujer que defiende a otras mujeres, no es buena para defenderse a sí misma.
El caso de la peruana de 71 años se suma al del cantante Alejandro Sanz, quien hace unos días externó en redes que se sentía mal, cansado y triste, y que aunque pasó por su mente cancelar la segunda parte de su gira, decidió no hacerlo porque no era una buena idea encerrarse; sus fans no han dejado de apapacharlo en redes y de mandarle obsequios para levantarle el ánimo.
La llamada señorita Laura puntualizó que le bajó la presión y que por ello sufrió una caída que le ocasionó esos moretones en el rostro; sus fans le recomendaron de todo, pero ella explicó qué es lo que le pasa y cómo ha lidiado con su condición prácticamente desde que era una niña.
Laura Bozzo habla de su depresión
El mensaje de Laura Bozzo fue claro: padece de ansiedad y depresión, esto hizo que se le bajara la depresión y sufriera una caída, los golpes los recibió directamente en el rostro, lo que alarmó a sus seguidores, quienes le recomendaron grupos de ayuda y psicólogos.
«Estos días no grabé, no por capricho, tuve una crisis de ansiedad, sufro de depresión y me bajó la presión y me caí; hay muchas cosas que no saben de mí, soy muy buena para defender a las mujeres y muy mala para defenderme a mí, pero Dios me cuida», escribió junto a una fotografía su rostro.
Ante las recomendaciones para la conductora, que actualmente dirige el programa «Que pase Laura», en Imagen Televisión, explicó que cuenta con un siquiatra de cabecera, ya que desde que era una niña le diagnosticaron depresión, pero confesó que a veces le dan fuertes crisis.
«Mil gracias tengo a mi siquiatra y fui diagnosticada desde chica con esta enfermedad, pero a veces me dan crisis es horrible bendiciones».
Ante las opiniones de algunos cibernautas que la acusaron de mentirosa, Bozzo no se quedó callada: «No tengo por qué mentir vivo sola y si me bajo la presión me caí de rodillas y la cara contra el piso había tenido ataque de pánico y tomé las pastillas que me manda mi médico, punto».
Aunque algunos le recomendaron que ya debería pensar en el retiro, ella insistió que «morirá» trabajando, y que le encanta hacerlo, simplemente se trató de una crisis que espera pase pronto.