La Iglesia Católica externó su consternación y preocupación ante el nuevo caso de feminicidio en Aguascalientes, además de cuestionar qué sociedad estamos construyendo, pues si bien la responsabilidad es de todos y cada quién tiene que colaborar en el ámbito que le corresponde, es necesario fortalecer las diferentes instancias. La Iglesia tiene que buscar la forma de atender más a la familia y que se trabaje más con ella; el Estado debe asegurar la paz y el bien común y, desde luego, las familias que son educadoras y que precisamente es en la familias en donde se forja la persona, así lo manifestó el vocero de la Diócesis, Rogelio Pedroza González.
En ese sentido, lamentó que en colonias o comunidades en donde se pensaba que aún se conservaban los valores y el temor a Dios, ahora se estén dando este tipo de situaciones, sin duda “es un hecho de preocupación y reflexión que estén sucediendo estas cosas en esas comunidades en donde nunca se había dado este tipo de situaciones y la violencia se esté extendiendo, es la misma cultura de violencia que en el fondo se está agrandando, está extendiendo cada vez más sus tentáculos y que a todo mundo alcanzan, sin duda una cultura violenta pues genera actos violentos”, reiteró el sacerdote.
Destacó que el problema que está ganando terreno en la sociedad es la inseguridad y la violencia, pues ya no se puede estar seguro y tranquilo en ningún espacio, hoy fue una mujer, pero también a los hombres los matan, ella estaba en su casa, se supone que el hogar es un lugar seguro, y aunque en ninguna parte debería de suceder, aquí lo que aterra es que hasta en su propia casa, entonces, ahora dónde nos podremos refugiar, cuestionó.
Siempre se ha dicho que la comunidades foráneas son oasis en donde se busca vivir tranquilos y libres de violencia, ahora estamos siendo alcanzados, por lo que la invitación es a las familias a que se retomen los valores, la vida humana y el respeto a los demás, a la misma vida y a la de la otra persona; el llamado es a los padres de familia, a los jóvenes, adolescentes, que tengan ideales más altos y que no piensen que la vida termina a corta edad, que tengan un proyecto vital, de estudios, de trabajo, de familia, que luchen por generar grandes satisfacciones, ya que quien comete un asesinato no tiene el más mínimo proyecto, ideales ni escrúpulos, por lo que el llamado es a que “luchemos todos por una cultura de paz, educación, respeto, y que se busque la manera de tener un proyecto de vida”.