He tratado de ser muy medido en mis críticas hacia el presidente y su movimiento, pero en los últimos días han habido dos cosas que de verdad me han inquietado.
La primera: el gobierno de López Obrador decidió, así tal cual, declararle la guerra no al narco, ¡a las energías limpias! El presidente no quiere que nadie más que el Estado se haga cargo de la generación de energía en México, y como el Estado no tiene la capacidad para hacerlo, como sí la tiene el sector privado, pues mejor prohíbe su generación. Así de estúpido es el planteamiento del gobierno central.
Como yo gobierno, a través de la CFE no puedo generar energías limpias baratas y las empresas privadas sí, pues mejor prohíbo que éstas lo hagan para que la Comisión siga teniendo el monopolio de la generación de energía en México.
Y lo segundo que me preocupa es un documento que cuando lo leí, la verdad pensé que era broma o fake news, pero resultó que no. Se trata de una propuesta del presidente de MORENA para que el INEGI se pueda meter a la fuerza a nuestras casas, o al menos eso se entiende en su pésima redacción, para ver qué tenemos en bienes, para medir nuestra riqueza. Que se pueda meter sin orden de una autoridad, fundada y motivada, a nuestras propiedades y también a nuestras cuentas. ¿Qué sigue?, ¿quitarnos 5,000 pesos si tenemos 10 mil?, ¿quitarnos 2 teles si tenemos 4?, ¿de qué se trata?. Y si yo estoy mal, entonces que alguien me explique lo que dice ese documento que, insisto, da a entender lo que aquí expongo.
Además, jurídicamente hay una cosa que se llama Principio de Legalidad. El artículo 16 de la Constitución dice que nadie puede ser molestado en su persona, en su familia, en su domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de un mandamiento de una autoridad que funde y motive la causa legal del procedimiento. Y lo que MORENA propone, o lo que se entiende de ese documento mal hecho, rompe de manera brutal con este principio.
Así que ya sabemos, por lo sucedido estos últimos días, que a este gobierno le estorban las energías limpias, le estorba todo lo que el Estado no pueda hacer aunque el sector privado sí, le estorba la riqueza y le estorba el principio de legalidad.
Qué preocupante.