Ante la reciente aprobación de la reforma eléctrica de López Obrador, empresarios buscarán la forma de ampararse tal como ha venido sucediendo desde mayo y que al final la Corte ha ido resolviendo a favor de la transición energética y la libre competencia.
Juan Manuel Ávila Hernández, presidente de la COPARMEX en Aguascalientes, dijo que como organismo no se les puede decir a las empresas si deben o no ampararse, será decisión de cada empresario y ellos verán si es una ruta conveniente para sus inversiones o no.
Sin embargo, mencionó que muy seguramente habrá amparos en la gran mayoría de los casos, ya que es la ruta que han venido tomando tanto empresas como colectivos ambientalistas.
Finalmente la Corte ha ido resolviendo a favor de la transición energética y la libre competencia que viene desde nuestra Constitución, a eso hay que sumarle los tratados de libre comercio como es el T-MEC, TLCUEM y TIPIAT, lo cual al final los más afectados serán los mexicanos, pues esta iniciativa premia el consumo de energía de fuentes contaminantes y caras, frena el desarrollo de la industria eléctrica en el país y a final de cuentas las inversiones extranjeras podrán irse a un arbitraje internacional donde seguro se les indemnizará y esos inversionistas después de todo esto no volverán a invertir en el país, son empleos que se pierden y esos empleos son de nosotros los mexicanos, y ya ni decir de las empresas locales, que estarían teniendo que defenderse de su propio gobierno.
Por otra parte, comentó que la afectación de esta decisión ronda en más de 40 mil millones de pesos, mientras que hay algunos analistas que ponen la cifra en los 100 mil millones de pesos, y si lo vemos en lo general, son los 300 mil millones del NAICM, más de billón 200 mil millones de pesos que ha perdido Pemex en esta administración.
Ante este panorama pareciera que el Gobierno se enfrasca a querer perder dinero, nosotros los mexicanos percibimos menos seguridad, menos recursos para los médicos de los hospitales, menos recursos para la educación y que claramente México hoy no está viendo hacia el futuro ni hacia el presente, sino hacia el pasado.