Bogotá, 26 may (EFE).- La comunidad LGBTI en América dio este martes un nuevo paso en el reconocimiento a sus derechos, tras la celebración en Costa Rica del primer matrimonio civil entre personas del mismo sexo, en un continente donde solo siete países aprueban los casamientos entre homosexuales, además, de otras reivindicaciones como la adopción y la no discriminación.
El activista y abogado Marco Castillo y su pareja Rodrigo Campos fueron los primeros en casarse en un Juzgado de Familia en Costa Rica, primer país centroamericano que legaliza el matrimonio igualitario.
«Él es un hombre que ha dado la cara por la lucha de la diversidad sexual y de muchas personas, con un corazón desinteresado. Es una persona maravillosa con quien Dios me ha permitido compartir la vida y comprometernos en una lucha que compartimos al ciento por ciento, que es nuestro proyecto de vida como compañeros, como familia, como compinches, como colegas», declaró Campos tras celebrarse el enlace.
Este nuevo reconocimiento fue producto del respaldo que en 2018 dio la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), con sede en Costa Rica, a los homosexuales al emitir una opinión en la que señaló que es una obligación de los Estados garantizar el matrimonio entre las parejas del mismo sexo y por ende el derecho a la libre identidad.
EE.UU., CANADÁ Y ARGENTINA A LA CABEZA
Estados Unidos ha sido de los primeros países en el mundo en reconocer los derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI), luego de que en 2015 el Tribunal Supremo declarara ilegales las leyes en 14 estados que iban en contra del matrimonio homosexual.
En 2001 se celebró en Toronto el primer matrimonio legal en Canadá entre una pareja homosexual, entre amenazas al reverendo que ofició esa unión, y en 2003 el Gobierno canadiense avaló los casamientos entre parejas del mismo sexo en todo el país.
En 2010, Argentina fue el primer país latinoamericano en legalizar el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, reconociendo que estas personas tienen los mismos derechos que los heterosexuales, incluyendo el de adoptar.
Le siguió Uruguay en 2013 con la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario.
ROMPIENDO PARADIGMAS
En Brasil, la comunidad LGBTI ha roto varios paradigmas, como la restricción que había para donación de sangre, medida que en mayo de este año fue levantada por la Corte Suprema, a propósito de la actual pandemia por el COVID-19.
En el gigante suramericano, considerado uno de los más avanzados en materia de igualdad sexual, fue reconocida en 2011 la unión estable entre parejas del mismo sexo, además, también se permite el cambio de nombre de transexuales en documentos oficiales y en 2019 se criminalizó la homofobia.
La población LGBTI en Colombia también ha logrado avances en cuanto a igualdad. Estas personas tienen los mismos derechos patrimoniales en pareja que los heterosexuales, así como poder cambiar su sexo en el documento de identidad, pero tal vez los más importantes son que una pareja del mismo sexo puede adoptar y se reconoce su unión igualitaria.
En 12 de las 32 entidades federativas de México son permitidos los matrimonios entre personas del mismo sexo sin tener que recurrir a un amparo, según una resolución de 2015 del Tribunal Supremo, que declaró inconstitucionales las leyes estatales que prohíben los enlaces homosexuales.
Sin embargo, esta comunidad ha sido blanco de crímenes de odio en México, en los últimos cinco años, de 2015 a 2019, al menos 441 personas LGBTI fueron asesinadas.
Al festejo en Costa Rica se unió este martes la comunidad LGBTI de Ecuador que recordó que en junio de 2019 se logró la aprobación del matrimonio civil igualitario, luego de que la Corte Constitucional acogiera la Opinión Consultiva de la CorteIDH.
UNIÓN CIVIL SÍ, MATRIMONIO NO
Chile dio en enero de este año un importante paso hacia el matrimonio igualitario, luego de que el Senado aprobó el proyecto «en general», término que se usa en el país cuando se da luz verde a la idea de legislar sobre un tema concreto, pero aún faltan trámites parlamentarios hasta que se convierta en ley y articular la iniciativa, que por el momento no tiene fecha por la emergencia sanitaria.
Es la primera vez que un proyecto sobre el matrimonio igualitario llega tan lejos en Chile, donde las uniones civiles entre personas del mismo sexo están permitidas desde 2015.
SIGUE LA LUCHA
En varios países como Cuba, Bolivia, Guatemala, El Salvador, Honduras, Perú o Paraguay aún no es reconocido el matrimonio entre personas del mismo sexo, sin embargo, la comunidad LGTBI sigue en su lucha y espera que pronto sus derecho sean reconocidos al igual que en el resto del continente.
En Perú no está permitido ni el matrimonio igualitario ni la adopción por parte de personas del mismo sexo, además, sendos proyectos legislativos han sido archivados por el Congreso.
En abril de este año, la CorteIDH condenó a Perú por la detención arbitraria, torturas y violación sexual en 2008 de las que fue víctima Azul Rojas Marín, una mujer transgénero que para esa época era un hombre homosexual, y señaló también que el Estado debe adoptar un protocolo de investigación y administración de justicia durante los procesos penales para casos de personas LGBTI víctimas de violencia.
Cuba tampoco hace parte del selecto grupo que reconoce los derechos de las personas LGTBI. En los debates de la nueva Constitución se llegó a tratar el tema, pero finalmente el tema no prosperó y la propuesta para sustituir en texto la mención «la unión entre un hombre y una mujer» por «la unión entre dos personas con capacidad legal para ello» fue eliminada de la versión final de la Carta Magna.
En Panamá, calificada por activistas como la «isla de desigualdad» frente al avance en Costa Rica, no está permitido el matrimonio igualitario y en la Corte Suprema de Justicia y en el Tribunal Electoral están pendientes de fallo desde hace varios años tres casos de enlaces entre parejas del mismo sexo que se celebraron en el exterior, dos de los cuales pretenden invalidar el Código de Familia y legalizar este tipo de uniones.
En El Salvador el matrimonio de personas del mismo sexo y la adopción están prohibidos y los miembros de la de la comunidad LGTBI ha expresado recientemente su preocupación por la falta de protección por parte del Estado ante los numerosos crímenes de odio que se han registrado contra varios miembros de este colectivo.