Redacción Internacional, 29 abr (EFE).- La mayor vulnerabilidad de sectores como el de los migrantes y las mujeres, así como el futuro de la economía y la afectación de los pobres, centraron este miércoles parte de las miradas en América, en medio de buenas noticias como el primer día sin muertes por la enfermedad en dos semanas en Cuba o el retroceso de casos y, especialmente, de fallecimientos en Florida (EE.UU.) tras un martes negro.
«Algunos de los vulnerables a la hora de afrontar esta crisis son aquellos que ya estaban en riesgo. La protección de los migrantes en Latinoamérica, por ejemplo, es una fuente de preocupación, con reportes de deportaciones, cierres de fronteras y restricciones legislativas», afirmó la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet.
La expresidenta de Chile puso como ejemplos a Guatemala, a donde dijo que los migrantes son retornados desde EE.UU. sin medidas de protección ni controles sanitarios, a pesar de que algunos habían dado positivo por coronavirus antes de su vuelta, y a México, donde ha crecido la estigmatización hacia los retornados, hasta el punto de que algunas comunidades han construido barricadas para evitar su paso.
Preocupación que también se vive en EE.UU., como dejaron en evidencia los fiscales de los estados de Nueva York, Vermont y Connecticut tras pedir, por segunda vez, ante una corte federal que se vuelva a detener temporalmente la regla de «carga pública», en vigencia desde el pasado 24 de febrero y que perjudica a los inmigrantes que quieren obtener la residencia pero que no pueden porque reciben ayudas públicas y no son autosuficientes.
CONTRA EL «CORONAMACHISMO»
Otro sector que ha sido castigado con mayor dureza durante esta emergencia sanitaria es el de las mujeres, tal como lo hizo notar hoy la embajada de la Unión Europea (UE) en Colombia al presentar la campaña digital «El coronamachismo, la otra pandemia».
La UE y su Escuela Nacional de Desaprendizaje del Machismo buscan concienciar sobre la violencia contra las mujeres ante el incremento de más del 140 % del número de llamadas a la línea púrpura 155 y de las denuncias por maltrato en Colombia durante la cuarentena, que comenzó el pasado 25 de marzo, fecha desde la que más de 19 mujeres fueron asesinadas por sus parejas en el país, según datos de la Fiscalía.
«El confinamiento transforma las casas en un espacio de una violencia psicológica y física, sobre todo para las mujeres y niños, que puede llegar incluso a ocasionar la muerte», afirmó la embajadora de la UE en Colombia, Patricia Llombart, al mencionar un fenómeno que también se ha visto en otros países de la región como Argentina, Ecuador y Honduras.
ALERTA POR AUMENTO DE BRECHA DE DESIGUALDAD
Del lado económico, la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, aseguró que los más pobres «pueden verse sumamente afectados por esta crisis» y que, si la política de recuperación adoptada por los diferentes países «no es acertada», puede echar por tierra los avances de décadas.
«Incluyendo el empobrecimiento de los sectores medios que se verán muy resentidos, a largo plazo debemos evitar la salida de los jóvenes y niños de las escuelas por razones económicas, el aumento brecha de la desigualdad, de la brecha digital…», enumeró.
Inquietud que se nota desde ya en países como Nicaragua, donde la opositora Alianza Cívica demandó al Gobierno suspender por tres meses los pagos de servicios públicos básicos y prohibir que sean cortados, además de aplazar los pagos de préstamos bancarios, crear un programa especial de atención a trabajadores de cuenta propia, «que dependen de su trabajo diario para poder subsistir», y un bono alimenticio para poblaciones en alto riesgo.
BUENAS NOTICIAS Y NUEVAS MEDIDAS
En medio de esto, llegaron buenas noticias desde Cuba, donde pese a los 30 nuevos casos que elevan el total de infectados a 1.467, el número de muertes por el coronavirus siguió en 58 al no registrarse ningún nuevo deceso por primera vez en dos semanas, mientras en Florida (EE.UU.) se pasó de más de 700 casos y 83 muertes nuevas el martes a un ligero descenso en los contagios (653) y a otro más importante en los fallecimientos (47).
Ante el avance del coronavirus, que ya deja en el continente más de 1.200.000 enfermos y 62.000 muertos, según las cifras más recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las medidas de contención también siguen creciendo, como la ampliación de la cuarentena en Bolivia hasta el 10 de mayo, tras su prevista terminación este jueves; el estado de calamidad doméstica por un mes más en Guatemala y el estado de emergencia nacional en República Dominicana por otros 17 días a partir del viernes.
Mientras, el estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil y el más afectado por el coronavirus, anunció la obligatoriedad de usar máscaras en el transporte público a partir de la próxima semana para evitar el avance de la pandemia, una nueva medida que es tomada por un mandatario local y no por el Gobierno de Jair Bolsonaro, que no solo se opone a la mayoría de ellas sino que este miércoles responsabilizó a los gobernadores y alcaldes del país del aumento de las muertes por el COVID-19 en el país.
«Esa factura tiene que ser enviada a los gobernadores. Pregunten al señor Joao Doria (gobernador de Sao Paulo), al señor (Bruno) Covas (alcalde de Sao Paulo) por qué han tomado medidas tan restrictivas y continúa muriendo gente», dijo Bolsonaro en la puerta del Palacio de la Alvorada, su residencia oficial en Brasilia.
BUSCANDO UNA CURA
Sin embargo, la consigna sigue siendo encontrar curas para la enfermedad. Así, tres hospitales de Nueva York realizarán un estudio clínico con miras a determinar si el plasma convaleciente de supervivientes del coronavirus, entre ellos miembros de la sinagoga Young Israel en New Rochelle, donde hubo los primeros casos, podría ayudar a los pacientes que padecen el virus.
A esto se suma que el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID, en inglés), completó una primera prueba exitosa del remdesivir, un fármaco experimental como posible tratamiento contra la enfermedad.
Aunque la empresa de biotecnología que lo desarrolla, Gilead Sciences, enfatizó en que el medicamento «todavía no ha demostrado que sea seguro o efectivo para el tratamiento de COVID-19», aseguró que espera tener para finales de mayo datos de un segundo estudio de evaluación de su eficacia y esta previsto que su uso de emergencia sea autorizado por las autoridades de EE.UU., según reveló en las últimas horas The New York Times.