México, 8 jun (EFE).- El crédito de 1.000 millones de dólares que otorgó el Banco Mundial al Gobierno mexicano es «una operación de rutina», afirmó este lunes el presidente Andrés Manuel López Obrador al insistir que no crecerá la deuda pública pese a la pandemia.
«Es una operación de rutina, vamos a decir, es algo que se solicitó desde el año pasado como parte del manejo de las finanzas. Nosotros seguimos sosteniendo que no se va a aumentar la deuda en términos reales, no la aumentamos el año pasado», aseguró López Obrador en su rueda de prensa matutina.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) confirmó este domingo el financiamiento del Banco Mundial, pero negó que sea adicional al techo de deuda autorizado por el Congreso o para algún programa de respuesta contra la COVID-19.
El monto se trata de un Préstamo para Políticas de Desarrollo (DPL, por sus siglas en inglés), explicó Gabriel Yorio, subsecretario de la SHCP, lo que significa que «que forman parte del financiamiento general» y «no tienen destino específico».
A diferencia de otros países, el paquete económico del Gobierno de México equivale a menos del 1 % del PIB, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que lo sitúa en el nivel más bajo de América Latina.
Esto porque la meta del Gobierno es mantener los niveles de la deuda cercanos a una proporción del 50 % del PIB.
López Obrador argumentó este lunes que su Administración no requiere endeudarse porque ahorrará cerca de 500.000 millones de pesos (más de 23.126 millones de dólares) con la desaparición de fideicomisos y su programa de austeridad.
«Vamos a destinar el presupuesto a lo fundamental, a lo básico, inclusive va a aumentar el presupuesto destinado a la gente, al pueblo, a los más necesitados, a los pobres, va a haber un aumento de 50.000 millones de pesos (2.312 millones de dólares)», aseveró.
Estos recursos, detalló, se han destinado a los créditos para pequeñas empresas, el programa de salud, mantenimiento de hospitales y la contratación, hasta ahora, de 50.000 trabajadores de la salud.
El presidente reiteró su solicitud a la Cámara de Diputados de una reforma que le permita reajustar el presupuesto «a la nueva normalidad».
El mandatario presumió que el PIB solo se contrajo 1,2 % en el primer trimestre del año -en comparación con el trimestre anterior- porque «los expertos decían que iba a ser del doble y no fue así».
También reiteró que el peso solo se ha depreciado 7 % frente al dólar en lo que va del año.
Aun así, reconoció que la economía mexicana afrontará el «trimestre más difícil» de abril a junio de este año, al resentir el total de los efectos de la pandemia de COVID-19 que obligó al país a suspender las actividades no esenciales el 30 de marzo, cuando decretó la emergencia sanitaria».
«Creo que va a caer un poco más la economía, pero no como lo piensan nuestros adversarios, que quisieran que se derrumbara. No va a ser así, vamos a salir bien, tengo mucha fe en el futuro», manifestó.