México, 6 mar (EFE).- La crisis de la empresa aérea Interjet y la intención del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de crear una nueva aerolínea comercial han causado turbulencia en esta industria mexicana, que encima afronta retos como el crecimiento económico y el coronavirus.
Los 3.000 millones de pesos (150,6 millones de dólares) que Interjet le debe al Gobierno mexicano, como reveló recientemente la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), son «una señal clara» de que la empresa «no tiene liquidez», comenta este viernes a Efe José González, consultor de aviación de Aviation Consulting Group.
La importancia de Interjet, fundada en 2005 en Ciudad de México, radica en que atiende a más de 15 millones de pasajeros cada año a 55 destinos en 10 países, con una situación financiera desconocida porque los últimos resultados que reportó fueron del primer trimestre de 2019.
«Interjet tiene costos muy altos en comparación con su competencia y eso ha hecho últimamente que la liquidez se termine. Entonces sí es preocupante porque no sabemos hasta dónde el Gobierno lo pueda permitir porque sabe que Interjet está endeudada», expone.
Los problemas de la aerolínea, detalla el experto, iniciaron en 2013 con la compra de más de 20 aviones Sukhoi Superjet 100 de Rusia, cuyo gobierno alertó en 2015 sobre fallas técnicas en el modelo, lo que afectó las operaciones de la empresa mexicana.
Asimismo, comenta, Interjet no ha afianzado un nicho en el mercado mexicano, dominado por Aeroméxico en el sector «premium» y por Volaris y Viva Aerobus en el de bajo costo, o «low cost».
Además, aunque aún no hay cuantificación de pérdidas, la crisis internacional del COVID-19 podría abonar al cierre de la aerolínea, advierte González.
«El coronavirus vino a ‘darle en la torre’ (rematarla). Realmente ahorita la demanda de pasaje, para todos, está terrible. Entonces yo creo que sí veo muy complejo que Interjet se pueda levantar, a menos de que la misma familia Alemán, su propietaria, le inyecte más capital», indica el consultor.
UN ASUNTO PÚBLICO
La deuda de Interjet se divide en pagos al Servicio de Administración Tributaria (SAT), la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT), y Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), una empresa con capital del Estado, encontró Alejandra Barriguete en su investigación para MCCI.
Esto es por conceptos como turbosina, la tarifa de uso aeropuertario (TUA) y por el derecho a servicios migratorias, que cobran las aerolíneas a los pasajeros en vuelos internacionales al partir del país.
Cuando Barriguete cuestionó al presidente en una de sus ruedas de prensa matutinas, López Obrador descartó condonar impuestos y un rescate público de la empresa, pese a admitir que hay negociaciones con el SAT.
Aun así, la autora de la investigación advierte a Efe que no se ha aclarado el tipo de acuerdo qué están negociando, lo que debería ser de conocimiento público.
«Sí es una empresa privada, que tendrá sus acciones, sus inversionistas, pero al final, en el momento en que le adeudan una cantidad tan grande al Estado, pues empieza a ser un tema público», argumenta.
Otro factor, señala Barriguete, es que el presidente de la aerolínea, Miguel Alemán, se ha mostrado cercano al actual Gobierno al formar parte del Consejo Asesor Empresarial del presidente.
Por estas razones, pese a que Interjet no es una empresa pública y no está obligada a transparentar sus finanzas, asegura que el Gobierno mexicano necesita aclarar el uso de los recursos públicos.
«La pérdida de otra aerolínea sería un golpe muy duro para la aviación en México. Ojalá que puedan llegar a acuerdos, en los cuales puedan ir subsanando estas deudas con el Estado porque la verdad es que, si llegan a un acuerdo, no necesariamente significa rescatarla», reflexiona.
¿NUEVA AEROLÍNEA?
En medio de la crisis de Interjet, el presidente ha propuesto crear una nueva aerolínea con los exempleados de la extinta Mexicana de Aviación, que siguen en busca de justicia desde su quiebre en 2010.
No obstante, Carlos Ozores, analista principal de la consultora ICF Aviation, advierte que la industria aérea en México está saturada porque hay una sobreoferta de asientos en la que cuatro aerolíneas compiten por un mercado muy similar.
«Sobre esta intención del Gobierno de reactivar o de tener una nueva aerolínea, eso me parece que es lo último que el mercado necesita. No hay espacio para cuatro grandes, menos va a haber para cinco», asevera a Efe.
Aunque el mercado es «atractivo», Ozores considera que el actual entorno no es sostenible y que las aerolíneas no «logran operar de forma rentable», ante los desafíos económicos, de infraestructura y la volatilidad del tipo de cambio, que incrementa los costos de operación.
Por otro lado, sostiene que la industria ya está muy regulada, por lo que no necesita «interferencia política».
«Debe seguir haciendo decisiones comerciales sin interferencias. La regulación obviamente está por temas de seguridad, de mantenimiento, pero no deberían verse este tipo de cosas. La entrada de una aerolínea sería nefasta para las aerolíneas existentes», concluye.