Malas noticias, analistas económicos advierten que la ‘cuesta de enero’ durará todo el año, mientras la desesperación lleva, a quienes perdieron su trabajo, a emplearse en lo que sea, incluso en actividades ilícitas y el gran error de las familias es financiar el gasto con tarjetas de crédito.
De acuerdo a los análisis económicos generados desde la UNAM, el porcentaje de trabajadores que no reúnen lo suficiente para cubrir la canasta básica incrementó de manera muy importante durante el año pasado.
En consecuencia emiten algunas recomendaciones a las familias para que puedan enfrentar la peor de las crisis económicas desde el año 1930.
Los estudios respaldados desde el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEC) de la UNAM, enero se caracteriza por ser complicado en términos económicos por los gastos de fin de año, situación que se agudizó por las consecuencias de la emergencia sanitaria, sin embargo el resto de los meses del año eran igual de complicado ya que demás según el Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), alrededor de 50 por ciento de la población mexicana está en pobreza.
Según el IIEC, durante el tercer trimestre de 2019, 38.5 por ciento de los trabajadores -a nivel nacional- estaban por debajo del ingreso para adquirir una canasta alimentaria, mientras que en ese mismo período, pero de 2020, la cifra pasó a 44.5 por ciento.
Ante tan crítico panorama, los especialistas refieren que si se usa la tarjeta de crédito lo adecuado es pagar, al menos los intereses y un poco de capital al mes, además ser puntuales en los pagos, ya que las comisiones asociadas a los créditos pueden ser significativas porque se va acumulando al crédito y se termina pagando una barbaridad que no tuvo que ver con lo que se consumió con la tarjeta.
Sin embargo un porcentaje considerable de la población no puede acceder a plásticos bancarios, y si llegara a tenerlo es con tasas de interés sumamente altas, incluso superiores al 100 por ciento anual.
Ante ello, las personas recurren a otro tipo de financiamiento no convencional como cajas de ahorro y tandas, aunque lo ideal es evitar estas opciones para cubrir gastos mensuales de los hogares, pues existe el riesgo de que sean fraudulentas.
Lo mejor es que las familias reestructuren sus gastos, por ejemplo, evitar consumir servicios no indispensables para la vida diaria a fin de economizar.