El freno a lo que se perfila como un robo en despoblado, con un tanque de gas LP de 30 kilos a casi 800 pesos y que lo hace inaccesible para la mayoría de las familias, está poniendo en riesgo la distribución del combustible a nivel nacional.
A sólo un par de días de que el presidente López Obrador anunciara el control en el costo del combustible, a través de la Comisión Reguladora de Energía, porque está desbordado en toda la República, los distribuidores de gas de todo el país comenzaron con un paro nacional.
Los comisionistas se quejan de que con este control de precios perderán sus ganancias, pues las compañías les reducen la comisión que en condiciones normales es de 2 y hasta 4 pesos, pues tanto Petróleos Mexicanos como las empresas gaseras les quieren pagar sólo 50 centavos.
Y si a eso le agrega que la misma Procuraduría Federal del Consumidor les lanzó la advertencia de que ‘no se pasen de rosca’ con los precios y que de ser así es simple: les quitarán los permisos.
Lo que caló hondo en los comisionistas que tomaron desde ayer acciones unilaterales, que podrían afectar a todo el país, bloqueando la salida de pipas y camiones propiedad de las gaseras para evitar que vayan a despachar.
Además, consideran que el anuncio presidencial sobre la creación de la empresa estatal Gas Bienestar, que estará a cargo de Petróleos Mexicanos para ofrecer a precios bajos los cilindros de gas LP, es con la finalidad de sacar del mercado a los comisionistas.
Este día, de ser cierto que los comisionistas se unan a nivel nacional, puede ser caótico para casi 28 millones 760 viviendas que en México utilizan este carburante como principal combustible.
En Aguascalientes no se han dado visos de que algo anormal esté ocurriendo, pero podría pasar, y ahí sí, oootro frente abierto para las autoridades, quienes apenas salen de un problema y ya están en otro.
Por lo pronto en la Ciudad y en el Estado de México la gente ya salió a hacer compras de pánico del combustible, y si no era tan grave el asunto, esto sí lo viene a complicar.
Recuerde lo que pasó con los gasolinazos de hace pocos años, que sí había desabasto pero la desesperación de la gente lo único que logró fue que el problema se hiciera mayor, con filas de carros que esperaban su turno en las estaciones de servicio hasta siete horas.
Este definitivamente es un foco rojo para las autoridades competentes, pues toda la población del país, excepto las zonas donde no hay manera de conseguirlo por sus altos precios y aquellos lugares donde todavía cocinan y hacen sus actividades cotidianas con el combustible natural como la leña, se verá afectada por los intereses de unos cuantos y, cuidado, la población ya no está para caprichos.